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La igualdad de gènero para Emma Watson


Una carta abierta a los hombres (feministas)

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Yo me llamo feminista. Me emociono por asuntos feministas y por la lucha por la igualdad. Soy un hombre blanco, heterosexual y sin discapacidades. Este texto se dirige principalmente para hombres que cumplan con aquellos criterios. Y propone dos tareas fundamentales en nuestra lucha feminista: uno, retroceder y callarnos y, dos, hablar con otros hombres.


Alexander Ceciliasson* en PikaraMagazine

1- retroceder y callar
2- hablar con otros hombres
3- no usar privilegios



Emma Watson recién dio un discurso a los delegados de la ONU y a los hombres del mundo. Afrontó (aunque de manera superficial) el antifeminismo que ha surgido en las secuelas de los éxitos impresionantes de movimientos feministas a lo largo este año. Terminó lanzando #HeForShe, una campaña feminista para hombres. El compromiso de los hombres en los movimientos feministas es una cuestión cada vez más debatida ya que cada vez más hombres se reivindican como feministas (aunque algunos lo hacen con menos seriedad que otros). A menudo causan frustración casos de ‘feministas falsos’, y suele haber un desacuerdo importante sobre cómo debería actuar, pensar, hablar y vivir el hombre feminista.
Yo me llamo feminista. Me emociono por asuntos feministas y por la lucha por la igualdad. Soy un hombre blanco, heterosexual y sin discapacidades. Este texto se dirige principalmente para hombres que cumplan con aquellos criterios. Y propone que tengamos dos tareas fundamentales para cumplir en la lucha feminista: uno, retroceder y callarnos y dos, hablar con otros hombres.
Nuestra tarea más importante no es dar poder a las mujeres, es reducir el nuestro. Tenemos que intentar no aprovecharnos de nuestros privilegios. En realidad, suena a sentido común y empatía, ¿no? No cobrar más para el mismo trabajo.

Emma Watson afirmó (y ya lo sabíamos todos) que no hay ningún contexto cultural en este mundo que trate igual a hombres y mujeres. En algunos países los hombres y las mujeres tienen los mismos derechos. Sin embargo las posibilidades distan un abismo. Las mujeres no tienen la misma posibilidad de moverse con seguridad en el espacio público, de conseguir puestos ejecutivos en las empresas o cátedras en las universidades, etc. Tener derechos no significa nada si esos derechos no se convierten en posibilidades. Todos sabemos que las mujeres tienen menos de estas últimas y nos lo recuerdan cada día. Lo que los hombres necesitamos hacer no es centrarnos en el hecho de que las mujeres tienen menos posibilidades, sino el hecho de que nosotros tenemos másTenemos tantas posibilidades que tenemos extraposibilidades. Hemos conseguido demasiadas posibilidades a través de robárselas a otras personas. ¡Tenemos la posibilidad de cobrar más por el mismo trabajo! Tenemos la posibilidad de dar nuestra opinión, aunque no tengamos algo muy interesante de decir. Tenemos la posibilidad de conseguir el mejor trabajo sin ser la persona más capaz, ¡la mera constatación de nuestros nombres -que nos identifican como hombres cisgénero- aumenta nuestras posibilidades de empleo! Tenemos oportunidades increíbles y son demasiadas.
Por eso, lo primero que tenemos que hacer los hombres blancos feministas es admitir nuestras extraoportunidades (privilegios). Después, nos tenemos que abstener de ellas. Nuestra tarea más importante no es dar poder a las mujeres, es reducir el nuestro. Tenemos que intentar no aprovecharnos de nuestros privilegios. En realidad, suena a sentido común y empatía, ¿no? No cobrar más para el mismo trabajo. El tema es éste: ¿Cómo podemos hacer esas dos cosas sin pararnos, retroceder y callarnos? No veo otra manera.
Los hombres (blancos) no tenemos ningún conocimiento o experiencia ni empírica ni emocional de ser discriminados. Por eso, en los debates sobre discriminaciones, deberíamos retroceder y callarnos.

Llegados a este punto, es necesario aclarar que esto no significa que los hombres no deberíamos interesarnos por el feminismo, o que no deberíamos discutir nada con las mujeres y con otras personas con otras identidades de género. Y la regla de retroceder y callarse no vale para todos los hombres en cualquier situación. Pero, al fin y al cabo, sí vale para todos los hombres en discusiones feministas. Sí vale para toda la gente blanca en discusiones antirracistas y para todos los heterosexuales en discusiones sobre homofobia y derechos LGBTQ. En estas situaciones debemos entregar la precendencia de interpretación (la interpretación/opinión más valorada) a otras personas. Y no solamente por ser ‘buena onda’, pero porque es en realidad lógico que lo hagamos. Tomemos un segundo para ver por qué.
El feminismo trata de visibilizar desigualdades y discriminaciones y luchar contra ellas. Los hombres (blancos) no tenemos ningún conocimiento o experiencia ni empírica ni emocional de ser discriminados. Esa es la verdad. La única realidad que conocemos es la del hombre blanco. Y bien, cada uno conoce su propia realidad. Pero el tema es que todos los demás también conocen la realidad del hombre blanco, ya que esa realidad se está introduciendo por la fuerza en cada ciudadano/a de cada sociedad patriarcal. Cada persona española (o sueca, o brasileña) está inevitablemente impregnada por las normas, los valores y las leyes del hombre blanco. Cada persona ha visto el mundo a través de las gafas del hombre blanco. Pero no a través de las gafas de la mujer. No a través de las gafas de una persona trans o un inmigrante árabe. Por eso, cuando debatimos cosas como desigualdad, racismo, machismo, homofobia -opresión y discriminación en cualquiera de sus formas- sabemos menos que todos. Por eso nunca debemos tener la precedencia de interpretación  (que se atribuyan importancia y fiabilidad a ciertos argumentos sólo por venir de hombres cisgénero), y la deben tener otras personas. Por eso deberíamos retroceder y callarnos.
Pero, ¿no suena terriblemente injusto eso? ¿No nos sentimos como si nosotros fuésemos víctimas de discriminación? Que la opresión y la dominación siguen iguales, ¿sólo que al revés? Sí, así nos sentimos. Pero la verdad es que no es así. Aquel sentido de injusticia, de limitación, aquella opresión que sentimos es la manera en que nosotros percibimos la ausencia de privilegios. Así resulta ‘de repente’ no tener la interpretación más valorada, así es no hacer uso de un arsenal de extra-posibilidades patriarcales. Así (o peor) es la realidad para todo el mundo menos nosotros.
Entonces quiero hacer una propuesta a todos los hombres blancos: que reflexionemos, cuando hablamos en clase, cuando discutimos con colegas del trabajo, cuando estamos en el vestuario, cuando escribimos en foros en internet, que reflexionemos sobre si estamos dando espacio a otras interpretaciones, o si estamos imponiendo las nuestras. Y sobre todo, cuando nos ‘rompen las pelotas’ por haber discutido, con las mejores intenciones, asuntos de feminismo, transfobia o racismo, y nos dicen que no sabemos nada, nos demos cuenta de que así es. No sabemos. No tenemos ninguna precedencia. Tenemos obligación de ceder el paso. Esto no quiere decir que deberías evitar discusiones y contextos feministas, sólo quiere decir que tenemos que ser conscientes de nuestros privilegios. Y, aunque sea difícil, tenemos que ser conscientes de que pertenecemos a una parte de la estructura social contra la cual el feminismo está luchando.
Si los hombres hacemos todo lo dicho arriba, encontramos una vía tremendamente importante y poderosa de participar en la lucha feminista: el hablar con otros hombres. Rebatamos comentarios machistas. Reaccionemos cuando un hombre maltrata a una mujer o le grita piropos en la calle, discutamos cuando alguien culpabiliza la víctima de una violación. Hablemos con otros hombres sobre igualdad y feminismo, sobre normas destructivas de la masculinidad y la lucha por la misma oportunidad de dejarse sentir sensible y vulnerable. Defendamos la lucha por la oportunidad de definirse como una persona, independientemente de su género.
Muchas voces rabiosas de tíos y chavones suelen protestar cuando alguien propone que los hombres nos callemos. Muchas voces feministas también. Las segundas tienden surgir de un miedo de “ahuyentar” a los hombres que tienen un pie en la puerta feminista pero todavía no se atrevían a entrar. Miedo de ahuyentar a hombres a quienes se necesita en la lucha feminista. Lamentablemente éste es un argumento traidor. No debemos adaptar la estrategia de la lucha feminista a personas que tienen el otro pie en el patriarcado y el racismo. Intentar hacer nuestro feminismo más “accesible” y más “adaptado a la realidad” es darle un disparo en la pierna, justamente porque la realidad es patriarcal. El feminismo es un movimiento revolucionario: pretende cambiar la sociedad desde sus fundamentos. Como tal no puede hacer concesiones con la hegemonía patriarcal y empezar a anunciarse según las condiciones de hombres con dudas.
Todavía no parece muy claro lo que la campaña #HeForShe pretende hacer. Pero si llega a proponer algún tipo de estrategia para los hombres del mundo que quieren ayudar con el progreso del feminismo, espero que sea ésta: sentaos y callaos. Admitid vuestros privilegios y renunciad a ellos. No intentéis dar más poder a las mujeres (¡es precisamente eso lo que están haciendo ellas!). Reducid vuestro propio poder e intentad convencer a otros hombres de que hagan lo mismo.
Admitir privilegios, renunciar a ellos y convencer a otros hombres de que hagan lo mismo tienen que ser los pilares del feminismo de los hombres. Si no hacemos eso, no estamos ayudando al movimiento, lo estamos revirtiendo. Y al final, si no quieres ser feminista por si te obliga a sentarte y callar la boca, está bien. El feminismo no te necesita a ti.
*Alexander Ceciliasson es antropólogo, activista feminista y miembro del partido Feministiskt Initiativ.
- See more at: http://www.pikaramagazine.com/2014/10/una-carta-abierta-a-los-hombres-feministas/#sthash.6qE9CK2K.dpuf

Los estereotipos de género, resumidos en veinte esclarecedores pictogramas

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Si un hombre anda -y no nos referimos a la acción de caminar- con muchas mujeres es un triunfador, un príncipe encantador. Por el contrario, si una mujer tiene muchos hombres, es una fresca, una fulana. Así es cómo gran parte de la sociedad percibe las situaciones. Todo depende de si el sujeto es un hombre o una mujer.
Los estereotipos de género son un mal que aún sigue arraigado en las sociedades modernas y que impide que hombres y mujeres seamos tratados como iguales. Por eso, la artista gráfica china Yang Liu ha creado el libro Man Meets Woman (hombre conoce a mujer. Taschen, 2014), que se publicará en octubre,  donde contrapone los roles, estereotipos y realidades que pesan sobre las espaldas de tanto hombres como mujeres, mediante simples imágenes pictográficas con un mensaje muy directo.

Noemí Ribera en Strambotic



Yang Liu (15)
 Objetos misteriosos para el hombre y para la mujer
“Vivimos en una era en la que la sociedad cambia constantemente, en la que el tema de los sexos en particular está evolucionando rápidamente en la percepción de la gente”, relata Liu en el libro. “Es interesante ver cómo los clichés de hombres y mujeres han cambiado hoy en día y hasta qué punto los son aún relevantes los atributos asignados a cada sexo en el pasado, a veces, incluso siglos atrás”.
Yang Liu (13)
Hombre moderno vs. Ama de casa
Con el mundo del hombre representado en verde y el de la mujer en rosa, somos testigos del sexismo –a veces más obvio, otras veces más sutil- que aún envuelve nuestra vida diaria, lo que pasa por la mente de un hombre o una mujer, cómo nos vemos, cómo actuamos, etc. Y nos da mucho en lo que pensar.
¿Por qué una mujer sin camiseta, solo con sujetador, es obsceno pero un hombre con el torso descubierto no? ¿Por qué una mujer tiene que luchar más para conseguir lo mismo que un hombre? ¿Por qué un hombre que participa en las tareas de casa no es visto igual que una mujer?
Yang Liu (11)
Cuando hombres y mujeres hablan de sus experiencias sexuales
“Es un documento visual de mi visión personal en la comunicación entre hombres y mujeres”, cuenta la autora. “Así, espero ser capaz de animar a la gente a tratar este tema con un poco más de humor y  pensar sobre las cosas desde el punto de vista del sexo opuesto en nuestras interacciones diarias”.
Yang Liu (12)
Focalización vs. Multitarea
“Como esposa, mujer trabajadora y madre que soy, estoy obligada a darme cuenta una y otra vez de las pequeñas y enormes diferencias que existen entre hombres y mujeres, a pesar del debate continuo entorno al tema de los sexos y la constante redefinición de los roles de los hombres y las mujeres”.
Yang Liu (14)
 Hombre pervertido vs. Mujer atrevida
Liu, residente en Berlín donde cursó sus estudios en la Universidad de las Artes, ya ganó un premio con su anterior libro East Meets West (Oriente conoce a Occidente), donde la artista representa las experiencias biculturales vividas.
Yang Liu (10)
Comunicación entre hombres vs. Comunicación entre mujeres
Yang Liu (9)
Qué piensan los hombres cuando las mujeres están calladas vs. Qué piensan las mujeres cuando los hombres están callados
Yang Liu (8)
Cómo se ven ellos en el espejo vs. Cómo se ven ellas en el espejo
Yang Liu (7)
Revista masculina vs. Revista femenina
Yang Liu (6)
 Equipaje masculino vs. Equipaje femenino
Yang Liu (5)
Competición entre hombres y mujeres
Yang Liu (4)
 Preferencias de los hombres y de las mujeres a la hora de relacionarse
Yang Liu (3)
 Triunfador vs. Fulana
Yang Liu (2)
 Mejor arma, según el género
Yang Liu (1)
Parejas ideales para hombre y para mujeres según la edad
Yang Liu (1)
Hombre repulsivo vs. Mujer sexy

Sobre la Dominació masculina (1a part)

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Durant aquestes vacances i per desconnectar he llegit el llibre de Pierre Bourdieu "La Dominación masculina", de l'Editorial Anagrama,  com que tinc la mania de llegir amb un llapis a la mà això em facilita fer resums i donats els fets d'aquest agost relacionats amb violència sexual i violència masclista tot plegat han motivat aquest post: un resum amb les idees principals del llibre, per no fer-ho excessivament llarg el dividiré en diferents posts.

Per @RobenFawkes a El dit a la Nafra





Les estructures que fan possible la Divisió Sexual que ratifica la dominació masculina (i el seu poder hipnòtic com diu Virginia Wolf) en l'ordre social patriarcal, són: La Família, l'Estat, l'Esglèsia i l'Escola, que estan interconnectades i són responsables directes, i en un altre nivell: El periodisme, l'Esport de masses i (jo afegeixo) les Xarxes Socials.

Una de les formes de construcció social del gènere a través de les diferències sexuals és la Violència Simbòlica que és invisible, insensible i esmorteïda, i s'exerceix bàsicament mitjançant la comunicació i la transmissió del coneixement.

La dominació comença en les formes de pensar, en les estructures cognitives, que ja són un producte de la pròpia dominació, la mateixa categoria de "normal", marca l'ordre "natural" de les coses, "el que ha de ser"... Les estructures cognitives creen una percepció androcèntrica de les divisions objectives, creen una sèrie de comportaments, actituds, emocions, hàbits, predisposicions...per construir allò "inevitable"..."natural"..."normal"...i al mateix temps profundament injust i discriminatori per les dones.

La força de l'ordre masclista prescindeix de qualsevol justificació, s'imposa com a "natural" o "objectiva", o "neutre" ( el neutre sempre és masculí, d'aquí la importància de l'ús del llenguatge no sexista).

La sexualitat heteropatriarcal estructurada sota el prisma de la dominació amb el penis com a símbol de la virilitat, el seu tamany i la potencia sexual com a símbols de força, de domini, d'imposició i de masculinitat heteropatriarcal. L'Agressió sexual com a exercici brutal de poder sobre els cossos de les dones reduïts a la condició d'objectes, "sotmetre al poder", "apropiació", "possessió", "restringir la llibertat"...reafirmació de la dominació masclista. La cultura de la violació és violència simbòlica que vol construir un escenari d'impunitat per la violència sexual.

El patriarcat imposa una dicotomia femení vs masculí: interior vs exterior, sota vs sobre, inferior vs superior, invisible vs visible, sensibilitat vs raó, dependència vs autosuficiència, por vs violència, privat vs públic, ...i assimilar aquestes distincions...
L'estricta disciplina moral femenina dictamina "no mantenir les cames obertes", "no portar faldilles massa curtes",...tancar-se, fer-se invisibles...això és "femení", i al mateix temps imposen contradicció, una estètica esclava d'estar sempre accesibles a la mirada masculina, sempre guapes, sempre estupendes, sempre joves i depilades...sempre explotades... per altra banda als homes s'ens diu: "ocupeu l'espai ( exemple als seients del metro , o als patis de les escoles...), imposeu-vos, sigueu els primers...

La cosificació dels cossos de les dones, un cos ofert i negat simultàniament, manifestar la disponibilitat simbòlica, una combinació de poder d'atracció i seducció, les dones obligades "venerar" als homes amb els quals està vinculada afectivament que li oferiran protecció davant altres homes... i rebujar sel·lectivament alguns..., i que afegeix l'efecte de consum ostentós el premi de l'exclussivitat...

Continuarà
@RobenFawkes

:) La cursiva és aportació pròpia.
Disculpeu les faltes ortogràfiques i de redacció.

La violencia de género y el amor romántico

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Coral Herrera Gómez (en Pikara Magazine) expone que el romanticismo es el mecanismo cultural más potente para perpetuar el patriarcado, y señala que la lucha contra la violencia machista debe incluir la consolidación de otros modelos de relaciones.


El amor romántico es la herramienta más potente para controlar y someter a las mujeres, especialmente en los países en donde son ciudadanas de pleno derecho y donde no son, legalmente, propiedad de nadie.

“Por amor” las mujeres nos aferramos a situaciones de maltrato, abuso y explotación. Somos capaces de humillarnos “por amor”, y a la vez de presumir de nuestra intensa capacidad de amar. “Por amor” nos sacrificamos, nos dejamos anular, perdemos nuestra libertad, perdemos nuestras redes sociales y afectivas.

Son muchos los que saben que combinar el cariño con el maltrato hacia una mujer sirve para destrozar su autoestima y provocar su dependencia, por lo tanto utilizan el binomio maltrato-buen trato para enamorarlas perdidamente y así poder domarlas.
Un ejemplo de ello es Kalimán, padrote mexicano que explica cómo logra prostituir a sus mujeres: elige a las más pobres y necesitadas, preferentemente a aquellas que están deseando salir del infierno hogareño en el que viven, o aquellas que necesitan urgentemente cariño porque se encuentran aisladas socialmente. Los padrotes siguen su guión a la perfección: primero las colma de amor, atenciones y regalos durante dos meses, haciéndoles creer que es la mujer de su vida y que siempre tendrá dinero disponible para sus necesidades y caprichos. Después la mete unos días en un prostíbulo para que “le hagan terapia” las muchachas; si ella se resiste, patalea, se enfada, lo mejor es dejar que se le pase sola. Jamás pedirle perdón. Es necesario que sufra hasta que su orgullo se desmorone y se ponga de rodillas, aceptando la derrota.
El macho debe mantenerse firme, mostrar su desprecio, marcharse en los momentos de rabia máxima, y nunca apiadarse de las lágrimas de su esposa. Esta técnica les asegura que ellas accedan a sus deseos y trabajen para él en la calle o en puticlubs; la mayoría de ellas no tienen a dónde ir, y según ellos, una vez que prueban el lujo ya no quieren volver a su pobreza.
Este relato de horror es muy común en el mundo entero. No solo proxenetas y chulos, sino también numerosos novios y maridos tratan a las mujeres como yeguas salvajes que hay que domesticar para que sean fieles, sumisas y obedientes. Muchos siguen creyendo que las mujeres nacieron para servir o para amar a los hombres. Y muchas mujeres lo seguimos creyendo también.



“Por amor” las mujeres nos aferramos a situaciones de maltrato, abuso y explotación. “Por amor” nos juntamos con tipos horrendos que al principio parecen príncipes azules, pero que luego nos estafan, se aprovechan de nosotras, o viven a costa nuestra. “Por amor” aguantamos insultos, violencia, desprecio. Somos capaces de humillarnos “por amor”, y a la vez de presumir de nuestra intensa capacidad de amar. “Por amor” nos sacrificamos, nos dejamos anular, perdemos nuestra libertad, perdemos nuestras redes sociales y afectivas. “Por amor” abandonamos nuestros sueños y metas, “por amor” competimos con otras mujeres y nos enemistamos para siempre, “por amor” lo dejamos todo…

Este “amor”, cuando nos llega, nos hace mujeres de verdad, nos dignifica, nos hace sentir puras, da sentido a nuestras vidas, nos da un status, nos eleva por encima del resto de los mortales. Este “amor” no es solo amor: también es la salvación. Las princesas de los cuentos no trabajan: son mantenidas por el príncipe. En nuestra sociedad, que te amen es sinónimo de éxito social, que un hombre te elija te da valor, te hace especial, te hace madre, te hace señora.
Esta desigualdad estructural que existe entre mujeres y hombres se perpetúa a través de la cultura y la economía. Si gozásemos de los mismos recursos económicos y pudiésemos criar a nuestros bebés en comunidad, no tendríamos relaciones basadas en la necesidad; amaríamos con mucha más libertad

Este “amor” nos atrapa en contradicciones absurdas “debería dejarle, pero no puedo porque le amo/porque con el tiempo cambiará/porque me quiere/porque es lo que hay”. Es un “amor” basado en la conquista y la seducción, y en una serie de mitos que nos esclavizan, como el de “el amor todo lo puede”, o “una vez que encuentras a tu media naranja, es para siempre”. Este “amor” nos promete mucho pero nos llena de frustración, nos encadena a seres a los que damos todo el poder sobre nosotras, nos somete a los roles tradicionales, y nos sanciona cuando no nos ajustamos a los cánones establecidos para nosotras.
Este “amor” nos convierte también en seres dependientes y egoístas, porque utilizamos estrategias para conseguir lo que anhelamos, porque nos enseñan que una da para recibir, y porque esperamos que el otro “abandone el mundo” del mismo modo que nosotras lo hacemos. Es tanto el “amor” que sentimos que nos convertimos en seres amargados que vomitan diariamente reproches y reclamos. Si alguien no nos ama como amamos nosotras, este “amor” nos hace victimistas y chantajistas (“yo que lo doy todo por ti”).
Este “amor” nos lleva a los infiernos cuando no somos correspondidas, o cuando nos son infieles, o cuando nos abandonan: porque cuando nos hemos dado cuenta, estamos solas en el mundo, alejadas de amigas y amigos, familiares o vecinos, pendientes de un tipo que se cree con derecho a decidir por nosotras.
Por eso este “amor” no es amor. Es dependencia, es necesidad, es miedo a la soledad, es masoquismo, es una utopía colectiva, pero no es amor.
Amamos patriarcalmente: el romanticismo patriarcal es un mecanismo cultural para perpetuar el patriarcado, mucho más potente que las leyes: la desigualdad anida en nuestros corazones. Amamos desde el concepto de propiedad privada y desde la base de la desigualdad entre hombres y mujeres. Nuestra cultura idealiza el amor femenino como un amor incondicional, abnegado, entregado, sometido y subyugado. A las mujeres se nos enseña a esperar y a amar a un hombre con la misma devoción que amamos a Dios o esperamos a Jesucristo.
A las mujeres nos han enseñado a amar la libertad del hombre, no la nuestra propia. Las grandes figuras de la política, la economía, la ciencia o el arte han sido siempre hombres. Admiramos a los hombres y les amamos en la medida en que son poderosos; las mujeres privadas de recursos económicos y propiedades necesitan hombres para poder sobrevivir.
Para los hombres tradicionales, la virilidad y el orgullo están por encima de cualquier meta: se puede vivir sin amor, pero no sin honor.

La desigualdad económica por razones de género nos lleva a la dependencia económica y sentimental de las mujeres. Los hombres ricos nos resultan atractivos porque tienen dinero y oportunidades, y porque nos han enseñado desde pequeñas que la salvación está en encontrar un marido. No nos han enseñado a luchar por la igualdad para que tengamos los mismos derechos, sino a estar guapas y conseguir a alguien que te mantenga, te quiera y te proteja, aunque para ello tengas que quedarte sin amigas, aunque tengas que juntarte a un hombre violento, desagradable, egoísta o sanguinario.
El ejemplo más claro lo tenemos en los capos de los narcos: tienen todas las mujeres que quieren, tienen todos los coches, droga, tecnología que desean, tienen todo el poder para atraer a muchachas solas y sin recursos ni oportunidades.
Esta desigualdad estructural que existe entre mujeres y hombres se perpetúa a través de la cultura y la economía. Si gozásemos de los mismos recursos económicos y pudiésemos criar a nuestros bebés en comunidad, compartiendo recursos, no tendríamos relaciones basadas en la necesidad; creo que nos amaríamos con mucha más libertad, sin intereses económicos de por medio. Y disminuiría drásticamente el número de adolescentes pobres que creen que embarazándose van a asegurarse el amor del macho, o al menos una pensión alimenticia durante veinte años de su vida.
A los hombres también los enseñan a amar desde la desigualdad. Lo primero que aprenden es que cuando una mujer se casa contigo es “tu mujer”, algo parecido a “mi marido” pero peor. Los varones tienen dos opciones: o se dejan querer desde arriba (machos alfa), o se arrodillan ante la amada en señal de rendición (calzonazos). Los hombres parecen mantenerse tranquilos mientras son amados, ya que la tradición les enseña que ellos no deben darle demasiada importancia al amor en sus vidas, ni dejar que las mujeres le invadan todos los espacios, ni expresar en público sus afectos.
Toda esta contención se rompe cuando la esposa decide separarse e iniciar sola su propio camino. Como en nuestra cultura vivimos el divorcio como un trauma total, las herramientas de las que disponen los varones son pocas: pueden resignarse, deprimirse, autodestruirse (algunos se suicidan, otros se enzarzan en alguna pelea a muerte, otros conducen a toda velocidad en sentido contrario), o reaccionar con violencia contra la mujer que dicen amar.
El amor romántico es una herramienta de control social, y también un anestesiante. Nos lo venden como una utopía alcanzable, pero nos encontramos con que el mejor modo es renunciar a todo con tal de asegurar la armonía conyugal.

Ahí es cuando entra en juego la maldita cuestión del “honor”, el máximo exponente de la doble moral: los hombres de manera natural persiguen hembras, las hembras deben morir asesinadas si acceden a sus deseos. Para los hombres tradicionales, la virilidad y el orgullo están por encima de cualquier meta: se puede vivir sin amor, pero no sin honor.
Millones de mujeres mueren a diario por “crímenes de honor” a manos de sus maridos, padres, hermanos, amantes, o por suicidio (obligadas por sus propias familias). Los motivos: hablar con un hombre que no sea tu marido, ser violada, o querer divorciarse. Un solo rumor puede matar a cualquier mujer. Y estas mujeres no pueden emprender una vida propia fuera de la comunidad: no tienen dinero, no tienen derechos, no son libres, no pueden trabajar fuera de casa. No hay forma de escapar.
Las mujeres que sí gozan de derechos, sin embargo, también se ven atrapadas en sus relaciones matrimoniales o sentimentales. Mujeres pobres y analfabetas, mujeres ricas y cultivadas: la dependencia emocional femenina no distingue entre clases sociales, etnias, religiones, edad u orientación sexual. Son muchas en todo el planeta las mujeres que se someten a la tiranía del “aguante por amor”.
El amor romántico es, en este sentido, una herramienta de control social, y también un anestesiante. Nos lo venden como una utopía alcanzable, pero mientras vamos caminando hacia ella, buscando la relación perfecta que nos haga felices, nos encontramos con que el mejor modo de relacionarse es perder la libertad propia, y renunciar a todo con tal de asegurar la armonía conyugal.
En esta supuesta armonía, los hombres tradicionales desean esposas tranquilas que les amen sin pedir nada (o muy poco) a cambio. Cuanto más deteriorada sienten las mujeres su autoestima, más se victimizan, y más dependientes son. Por lo tanto, más les cuesta entender que el amor de verdad no tiene nada que ver con la sumisión, ni con el sacrificio, ni con el aguante.
La pareja es el pilar fundamental de nuestra sociedad. Por eso Hacienda, la Iglesia, los Bancos, etc. penalizan la soltería y promueven el matrimonio heterosexual; cuando el amor acaba o se rompe lo vivimos como un fracaso y como un trauma. Nos desesperamos completamente: no sabemos separar nuestros caminos, no sabemos tratar con cariño al que se quiere alejar de nosotros o al que ha encontrado nueva pareja. No sabemos cómo gestionar las emociones: por eso es tan frecuente el cruce de amenazas, insultos, reproches, venganzas, y putadas entre los cónyuges.
La pareja es el pilar fundamental de nuestra sociedad. Por eso Hacienda, la Iglesia, los Bancos, etc. penalizan la soltería y promueven el matrimonio heterosexual; cuando el amor acaba o se rompe lo vivimos como un fracaso y como un trauma.

Y por eso, también, tantas mujeres son castigadas, maltratadas y asesinadas cuando deciden separarse y reiniciar su vida. La cantidad de hombres que no poseen herramientas para enfrentarse a una separación es mucho mayor: desde niños aprenden que deben ser los reyes, y que los conflictos se solucionan con violencia. Si no lo aprenden en casa, lo aprenden en televisión: sus héroes hacen justicia mediante la violencia, imponiendo su autoridad. Sus héroes no lloran, a no ser que consigan su objetivo (como ganar una copa de fútbol o exterminar a los androides).
Lo que nos enseñan en las películas, cuentos, novelas, series de televisión es que las chicas de los héroes esperan con paciencia, los adoran y los cuidan, y están disponibles para entregarse al amor cuando ellos tengan tiempo. Las chicas de la publicidad ofrecen su cuerpo como mercancía, las chicas buenas de las pelis ofrecen su amor como premio a la valentía masculina. Las chicas buenas no abandonan a sus esposos. Las chicas malas que se creen dueñas de su cuerpo y su sexualidad, que se creen dueñas de su propia vida, o que se rebelan, siempre se llevan su castigo merecido (la cárcel, enfermedad, ostracismo social o muerte).
A las chicas malas no solo las odian los hombres, sino también las mujeres buenas, porque desestabilizan todo el orden “armonioso” de las cosas cuando toman decisiones y rompen con ataduras. Los medios de comunicación a menudo nos presentan los casos de violencia contra las mujeres como crímenes pasionales, y justifican los asesinatos o la tortura con expresiones como esta: “ella no era una persona muy normal”, “el había bebido”, “ella ya estaba con otra persona”, “él cuando se enteró enloqueció”. Y si la mató, fue porque “algo habrá hecho”. La culpa entonces recae sobre ella, y la víctima es él. Ella metió la pata y merece un castigo, él merece vengarse para calmar su dolor y reconstruir su orgullo.
La violencia es un componente estructural de nuestras sociedades desiguales, por eso es necesario que el amor no se confunda con posesión, del mismo modo que no debemos confundir la guerra con “ayuda humanitaria”. En un mundo donde utilizamos la fuerza para imponer mandatos y controlar a la gente, donde ensalzamos la venganza como mecanismo para gestionar el dolor, donde utilizamos el castigo para corregir desviaciones y la pena de muerte para reconfortar a los agraviados, se hace necesario más que nunca que aprendamos a querernos bien.
Es vital que entendamos que el amor ha de estar basado en el buen trato y en la igualdad. Pero no solo hacia el cónyuge, sino hacia la sociedad entera. Es fundamental establecer relaciones igualitarias en las que las diferencias sirvan para enriquecernos mutuamente, no para someternos unos a otros. Es también esencial empoderar a las mujeres para que no vivamos sujetas al amor, y también enseñar a los hombres a gestionar sus emociones para que puedan controlar su ira, su impotencia, su rabia, y su miedo, y para que entiendan que las mujeres no somos objetos personales, sino compañeras de vida.
Además, debemos proteger a los niños y las niñas que sufren en casa la violencia machista, porque han de soportar la humillación y las lágrimas de su heroína, mamá, porque han de aguantar los gritos, los golpes y el miedo, porque han de vivir aterrorizados, porque se quedan huérfanos, porque su mundo es un infierno.
Es urgente acabar con el terrorismo machista: en España ha matado a más personas que el terrorismo de ETA. Sin embargo, la gente se indigna más ante el segundo, sale a la calle a protestar contra la violencia, cuida a sus víctimas. El terrorismo machista se considera una cuestión personal que afecta a determinadas mujeres, por eso mucha gente que oye gritos de auxilio no reacciona, no denuncia, no interviene.
La crisis acentúa el terror,pues muchas no pueden plantearse separarse. Una prueba de ello es que ahora se denuncian menos casos y en ocasiones las mujeres se echan para atrás; con las tasas judiciales aprobadas en España, las mujeres más humildes ni se van a plantear ir a denunciar.

Echando un vistazo a las cifras podremos darnos cuenta de que lo personal es político, y también económico: la crisis acentúa el terror,pues muchas no pueden plantearse separarse, y el divorcio queda para las parejas que puedan permitírselo económicamente. Una prueba de ello es que ahora se denuncian menos casos y en ocasiones las mujeres se echan para atrás; con las tasas judiciales aprobadas en España, las mujeres más humildes ni se van a plantear ir a denunciar: apelar a la justicia es cosa de ricas.
Es urgente trabajar con hombres (prevención y tratamiento) y proteger a las mujeres y a sus hijos/as.Debemos empoderar a las mujeres, pero debemos trabajar también con los hombres, si no toda lucha será en vano. Es necesario promover las políticas públicas para que tengan un enfoque de género integral, y es necesario que los medios ayuden a generar un rechazo generalizado hacia esta forma de terror instalado en tantos hogares del mundo.
Es necesario un cambio social y cultural , económico y sentimental. El amor no puede estar basado en la propiedad privada, y la violencia no puede ser una herramienta para solucionar problemas. Las leyes contra la violencia de género son muy importantes, pero han de ir acompañadas de un cambio en nuestras estructuras emocionales y sentimentales. Para que ello sea posible, tenemos que cambiar nuestra cultura y promover otros modelos amorosos que no estén basados en luchas de poder para dominarnos o someternos. Otros modelos femeninos y masculinos que no estén basados en la fragilidad de unas y la brutalidad de otros.
Tenemos que aprender a romper con los mitos, a deshacernos de las imposiciones de género, a dialogar, a disfrutar de la gente que nos acompaña en el camino, a unirnos y separarnos en libertad, a tratarnos con respeto y ternura, a asimilar las pérdidas, a construir relaciones bonitas. Tenemos que romper con los círculos de dolor que heredamos y reproducimos inconscientemente, y tenemos que liberar a mujeres, a los hombres y a los que no son ni una cosa ni otra, del peso de las jerarquías, de la tiranía de los roles, y de la violencia.
Tenemos que trabajar mucho para que el amor se expanda y la igualdad sea una realidad, más allá de los discursos. Por eso este texto está dedicado a todas las mujeres y hombres que luchan contra la violencia de género en todos los puntos del planeta: grupos de mujeres contra la violencia, grupos de autorreflexión masculina, autores/as que investigan y escriben sobre este fenómeno, artistas que trabajan por visibilizar esta lacra social, políticos/as que trabajan para promover la igualdad, activistas que salen a la calle a condenar la violencia, maestros y profesoras que hacen su labor de sensibilización en las aulas, ciberfeministas que juntan firmas para visibilizar los asesinatos e impulsar leyes, líderes y lideresas que trabajan en las comunidades para erradicar el maltrato y la discriminación de las mujeres. La mejor forma de luchar contra la violencia es acabar con la desigualdad y el machismo: analizando, visibilizando, deconstruyendo, denunciando y reaprendiendo junt@s.
Más artículos de Coral Herrera Gómez sobre el amor, e información sobre sus talleres, en su blog: El rincón de Haika

El cuerpo como espacio de disidencia

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Ilustración: "Sexo" por Monchi Delaseta
¿Es posible pensar el cuerpo como espacio de disidencia? Un cuerpo plagado de órganos, no siempre sanos, no siempre vigorosos, no siempre jóvenes… Nos encontramos ante la necesidad de una revuelta orgánica, en su sentido literal: revolver órganos. Es actualmente una apuesta urgente la de plantearnos una rebelión de los cuerpos.

por Lucrecia Masson en hysteria


¿Es posible pensar el cuerpo como espacio de disidencia? Un cuerpo plagado de órganos, no siempre sanos, no siempre vigorosos, no siempre jóvenes… Nos encontramos ante la necesidad de una revuelta orgánica, en su sentido literal: revolver órganos. Es actualmente una apuesta urgente la de plantearnos una rebelión de los cuerpos. Rebelión que, necesariamente, rechaza la frontera entre el cuerpo normal y el deforme, el cuerpo saludable y enfermo, el cuerpo válido e inválido. Rebelión que debe ser planteada a partir del encuentro, la afinidad y la alianza entre estos cuerpos inapropiados e impropios. De ahí que los sistemas que nos organizan a partir de género, raza, sexualidad, normalidad corporal, salud mental o física, se vuelven edificios que es necesario derribar, y esta acción de derribo nos deberá encontrar juntas, sabiéndonos atravesadas y en constante y compleja intersección.
    ¿Podemos entonces entender el propio cuerpo como espacio de activación política? Partir de nuestras trayectorias corporales, narrar en primera persona, tanto singular como plural, la historia de nuestra realidad corporal es un desafío al que diferentes activismos empiezan a llamarnos. ¿Podemos pensar en una historia colectiva de nuestros cuerpos? ¿Cuáles son los dispositivos que producen corporalidades inapropiadas? ¿Podemos plantearnos mecanismos para crear nuevos modos de producir cuerpos, de producir deseos, de producir bellezas? ¿Y qué herramientas nos damos para hacer de nuestras vidas un espacio más habitable y feliz?
     Me parece importante volver a nombrarme ahora como gorda, nombrarme gorda como estrategia de autoenunciación. Nunca liviana. Y sirva este último adjetivo para que la paradoja dé lugar a la sonrisa. Nombrarse para volvernos visibles. Ocupar el espacio para volvernos visibles. Visibles, desobedientes, disidentes de la norma que nos impone una sociedad que estandariza y controla cuerpos y deseos, que define lo bello y lo sano.
¿Y por qué la necesidad de volvernos visibles? Porque la vista es un aparato de producción corporal. Hay modos de mirar que fabrican cuerpos, dice valeria flores1. Y agrego, hay modos de mirar que fabrican deseos y modos de mirar que fabrican bellezas. La apuesta será construir nuevos cuerpos, nuevos deseos, nuevas bellezas.
    Ante la pregunta: ¿por qué ser gorda, o vieja, o diversa funcional, o enferma (y la lista podría ser muy larga) me hace estar fuera del estándar de belleza o de normalidad corporal? ¿Qué me hace disidente de la norma? Propongo cambiar esta pregunta por otra, y he aquí el desafío político: ¿bajo qué mecanismos se construye el cuerpo normal? ¿Cuánta disciplina de normalización han soportado y soportan nuestros cuerpos? ¿Qué técnicas de domesticación y regimentación nos hacen desear ser normales y atractivas a costa de padecimientos?
Construir un cuerpo extenso
Partimos de dejarnos interpelar por el propio cuerpo. La interpelación por la que apuesto es tanto individual como colectiva. Necesito preguntarme cosas sobre mi cuerpo, sobre el cuerpo de las otras, y construir un cuerpo extenso, un espacio para la acción y reflexión. Me parece fundamental hablar desde nuestras propias carnes. Esas carnes defectuosas, inseguras, miedosas, angustiadas. Nuestras carnes, las que sobran, las que faltan, las que duelen, las que están viejas, las que están enfermas, las que no son funcionales, las que mueren incluso…
     De ahí la interdependencia como paradigma que empezar a transitar. Nadie, sea cual sea la corporalidad que encarne, es realmente autosuficiente. Por esto pienso en luchas cómplices y afines. Busco potencias vinculadas y vinculantes. Creo que es necesario y vital encontrarse. Será el encuentro, el lugar de la potencia, el lugar desde donde partir, el lugar de la posibilidad.
     Es necesario atentar contra la matriz que nos organiza corporalmente. Desnudar el artefacto que nos construye en tanto cuerpos, en tanto territorios donde se inscriben lecturas. Es necesario desafiar esas lecturas y crear, imaginar, fantasear, inventar nuevos relatos. Hay un gran aparato ficcional que hace que nuestros cuerpos se lean como generizados o racializados o viejos, o discapacitados, o gordos, o enfermos.
     Pero sí que, si bien no podemos perder de vista el carácter de artificio, hay una realidad que nos atraviesa, que hace de mi vivencia algo bien distinto a la vivencia de otras. Necesitamos narrar en primera persona, tanto la primera persona del singular como la primera persona del plural, la historia de nuestras realidades corporales. El argumento de ficción no inhabilita las ideas de trayectoria, de realidad, de experiencia corporal. Esta realidad necesita ser contada, colectivizada. Es necesario recuperar esta experiencia, asumirnos vulnerables y entender que ésta es condición misma del ser, y que no se puede ser sin exponerse, porque no somos sino en interrelación.
     Es importante reivindicar estrategias que partan de la vulnerabilidad, de poner en ésta la potencia transformadora. Destrozar el discurso que nos exige ser siempre fuertes y valientes, poderosas, aceptarnos, querernos a nosotras mismas, estar a tono siempre con un mundo que nos reclama indefectiblemente listas y sanas para asumir las tareas de producción y reproducción. Ese mundo de ahí afuera que nos reclama funcionales. Y no pienso en metas, ni en aceptación, ni en gustar, ni en convencer a nadie. Porque no creo en redenciones ni en evoluciones, ni en la barbarie convertida en civilización. Creo en búsquedas, en pasiones y en fricciones agonistas de mis propias carnes que, dadas al encuentro con otras, tienen el enorme potencial de hacer de nuestras existencias un lugar más habitable y feliz, dando lugar a indómitas formas de habitar nuestros cuerpos.
11 flores, valeria: “Interruqciones”. Ensayos de poética activista, Neuquén, 2013 p. 25

Masculinidades toxicas

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El rol del hombre, la masculinidad y los estereotipos fundamentados en el patriarcado son algo contra lo que todos deberíamos luchar. Pero es algo que se perpetúa en vuestras actitudes machistas. Es algo que se perpetúa cuando pedís a las mujeres que, en su lucha, os tengan más en cuenta. Es poner por delante vuestros intereses a los nuestros. Es decirnos que vosotros, como víctimas, sois más importantes que nosotras. Que el hecho de que tengáis que parecer fuertes es más importante que el hecho de que nos asesinen. Que qué hacemos luchando por nuestros derechos cuando vosotros aún estáis oprimidos. Que vuestra opresión VA PRIMERO y luego ya veremos qué pasa con nosotras.

El otro día en una clase, repasando la historia del feminismo y la dicotomía de género y el efecto del patriarcado en ella, me sentí fuera de lugar cuando todos los presentes, alumnxs y profesora, declararon solemnemente “El feminismo necesita pensar mucho más en los hombres y no solo en las mujeres”. Me acordé, inevitablemente, de un artículo(1) que encontraréis al final de la entrada, en el que se criticaba la campaña HeForShe que Emma Watson defendió en la ONU por “no tener en cuenta la opresión que sufre el hombre”.
Y me horroricé. Porque, aunque el feminismo lucha por la igualdad de género y acepta que los hombres sufren ciertas opresiones por el hecho de ser hombres y tener que responder a un rol estereotipado concreto, y aunque considero que es una lucha importante, equiparar esto a la opresión que sufren las mujeres, obviar que por el simple hecho de ser hombre ya tienes un privilegio que una mujer no tiene y atreverte a insinuar que una lucha que nace a raíz de una desigualdad de género BRUTAL deba preocuparse “mucho más” del género privilegiado me parece ridículo y extremadamente machista.
Uno de los argumentos más escuchados (que incluso uno de los muchachos que hablaban de esta necesidad del feminismo de luchar mucho más por los hombres lo dijo) es que por culpa del patriarcado los hombres no tienen permitido ser sensibles y que por lo tanto es motivo de burla mostrar sus sentimientos en público. Y yo estaba pensando: “Vale, de acuerdo. Me da mucha pena que no puedas llorar en el metro pero creo que me preocupa más que a mí ME PUEDAN VIOLAR SALIENDO DEL METRO.”
Y entonces un chico habló de las masculinidades tóxicas, muy vagamente, y decidí buscar qué era eso. Me he encontrado con que un escritor, Sergio Sinay, ha escrito un libro llamado “La Masculinidad Tóxica”, en la que habla de este patrón hegemónico en que el hombre debe ser el fuerte, el dominador, el exitoso. Lo cual es, evidentemente, una presión inaguantable para un hombre cuya forma de ser no se adapta a esto, y es algo que deberíamos cambiar. Pero desde esta perspectiva de la masculinidad… ¿qué nos queda a las mujeres? Si la masculinidad es esto, ¿qué es la feminidad? Ser mujer, siguiendo este patrón, significa ser débil, la dominada, la que no es capaz de tener éxito. Y sí, es un modelo opresor para ambos géneros, pero creo que la peor parte nos la llevamos nosotras.
El rol del hombre, la masculinidad y los estereotipos fundamentados en el patriarcado son algo contra lo que todos deberíamos luchar. Pero es algo que se perpetúa en vuestras actitudes machistas. Es algo que se perpetúa cuando pedís a las mujeres que, en su lucha, os tengan más en cuenta. Es poner por delante vuestros intereses a los nuestros. Es decirnos que vosotros, como víctimas, sois más importantes que nosotras. Que el hecho de que tengáis que parecer fuertes es más importante que el hecho de que nos asesinen. Que qué hacemos luchando por nuestros derechos cuando vosotros aún estáis oprimidos. Que vuestra opresión VA PRIMERO y luego ya veremos qué pasa con nosotras.
Porque mientras vuestra principal preocupación en cuanto a los roles de género es que debéis ser fuertes, debéis tener éxito, debéis cumplir unos estereotipos difíciles de alcanzar y muy tóxicos, nuestra principal preocupación en cuanto a los roles de género es que somos juzgadas por vivir nuestra vida, maltratadas, violadas, asesinadas. Y partiendo de esta base, me es imposible plantearme luchar “mucho más” por vosotros. Y debería daros vergüenza el simple hecho de insinuarlo.
(1) http://time.com/3432838/emma-watson-feminism-men-women/

25N Contra la Violència i la Indiferència: Subversió i Autodefensa Feminista

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25nmemes25 de Novembre 2014 Dia internacional de la No violència contra les Dones “Contra la Violència i la Indiferència: Subversió i Autodefensa Feminista

Manifestació 25N Rambla Canaletes 19h

Seguim i seguirem lliures i insubmises, rebels i amoroses, lluitadores pacífiques, diverses, riques, valentes, ……….Dones a la fi.
Totes, Juntes i Lliures, seguim i seguirem traçant el camí de la pau.


MANIFEST

Xarxa de Dones feministes contra la violència

Avui, Dia Internacional per a la No violència contra les Dones i les Nenes, volem manifestar el repunt de la violència contra les dones a tot el món emparada per la manca de respostes institucionals i per la irrupció dels neomasclismes al discurs públic.
Denunciem la globalització de les violències masclistes contra les dones i les nenes.
Denunciem la cultura de la complicitat i la banalització de la violència contra les dones, aquí i arreu del món.
Denunciem i manifestem el nostre rebuig a la manca de reacció social i política front els assassinats de les dones que no s’aturen any rere any.
Denunciem la falta de voluntat política per donar compliment a la legislació vigent.
Denunciem la manca de compromís amb la pròpia legislació i amb la internacional que, com a país, s’ha subscrit i ratificat.
Denunciem la manca de dotació dels recursos econòmics i humans necessaris per a l’eradicació de la violència masclista i la desigualtat.
Denunciem la falta de responsabilitat dels personatges polítics que manifesten públicament idees discriminatòries i violentes contra les dones i se’ls hi accepten unes hipòcrites disculpes que arriben només si hi ha una expressió de repulsa des de la ciutadania. Exigim les expulsions o dimissions immediates front aquestes expressions.
Denunciem la violència estructural i simbòlica que acullen i donen força a totes les expressions de violència vers les dones.
Denunciem la diversitat i especificitats de les violències suportades per les dones lesbianes, transsexuals i totes aquelles que no s’ajusten a la heteronormativitat.
Denunciem també la diversitat i especificitats de les violències suportades per les dones que no s’ajusten a la normativitat funcional i per les que no s’ajusten a l’etnocentrisme i al classisme imperants.
Denunciem totes aquelles violències que se sumen i interseccionen en la diversitat que acull el ser dones.
Denunciem la constant No credibilitat de la paraula de les dones.
Denunciem la culpabilització de les dones quan desisteixen de seguir els processos judicials i denunciem la victimització que aquests processos generen a les dones que decideixen continuar-los.
Denunciem la reducció de les ordres de protecció per a les dones.
Denunciem la violència provocada i sostinguda per les retallades amb l’excusa de la crisi.
Denunciem la invisibilització i menysvaloració de les tasques de cura i civilització, realitzades majoritàriament per les dones, enfront la hipocresia d’incloure al PIB de l’estat el producte econòmic de la prostitució.
Denunciem la impunitat de les expressions i comportaments neomasclistes que envaeixen els discursos públics generant confusió i propagant creences enganyoses sobre la violència masclista.
Manifestem el nostre rebuig al tractament que donen gran part dels mitjans de comunicació a la violència vers les dones.
Denunciem la seva manca de formació especialitzada i de sensibilització vers aquesta greu i constant vulneració dels drets humans de les dones.
Denunciem la impunitat dels delictes dels qui utilitzen les noves tecnologies per exercir la violència contra les dones o per fer-ne apologia.
Seguim i seguirem denunciant, recordant, expressant, cridant, clamant, avui, i sempre, que la violència és responsabilitat de qui l’exerceix, no de qui la pateix.

Imatge de “Memes feministas”traducció al català lliure.
MANIFESTACIÓ 25 DE NOVEMBRE DEL 2014: TROBADA A RAMBLA CANALETES 19H


Seguim i seguirem validant l’experiència de les dones sobrevivents a la violència.
Seguim i seguirem exigint un compromís seriós del govern per a l’eradicació de la violència masclista.
Seguim i seguirem validant la nostra paraula davant la injustícia de la justícia que se’ns ofereix.
Seguim i seguirem mantenint-nos fermes en la manifestació i reivindicació constants del nostre desig i el nostre dret a viure sense violència.
Seguim i seguirem manifestant que el nostre cos és nostre i no acceptem que es pretengui legislar.
Seguim i seguirem gaudint el privilegi de la diversitat de les nostres sexualitats.
Seguim i seguirem celebrant el privilegi de néixer dones i l’alegria de viure i habitar els nostres cossos.
Seguim i seguirem lliures i insubmises, rebels i amoroses, lluitadores pacífiques, diverses, riques, valentes, ……….Dones a la fi.
Totes, Juntes i Lliures, seguim i seguirem traçant el camí de la pau.
Xarxa de Dones feministes contra la violència – Ca la Dona. Ripoll 25 08002 Barcelona – prouagressionsalesdones@gmail.com

25n


Pallapupas, el humor como herramienta de intervención social

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Pallapupas
Pallapupas trabaja para que haya un lugar para la risa durante el proceso de la enfermedad, y convertir así los hospitales en espacios más amables y llenos de vida a través de actuaciones artísticas orientadas a niños y a personas mayores, en estrecha colaboración con el personal sanitario. 

Proponen el humor como herramienta para poder afrontar las situaciones adversas que se viven alrededor de la enfermedad. Las risas ayudan a canalizar la tensión, el miedo y la ansiedad.


Camillera Amina Biodramina

La sonrisa es la llave que abre el corazón


Pallapupas trabaja para que haya un lugar para la risa durante el proceso de la enfermedad, y convertir así los hospitales en espacios más amables y llenos de vida a través de actuaciones artísticas orientadas a niños y a personas mayores, en estrecha colaboración con el personal sanitario. Cada intervención se realiza de manera personalizada, teniendo en cuenta el estado físico y psíquico del paciente así como su situación familiar; esta información la proporciona el personal sanitario en el paso previo a la intervención artística de Pallapupas, es lo que se conoce como “transmisión”.

Fuera de los hospitales, hacemos teatro con personas que sufren alguna enfermedad mental o con personas que tienen familiares muy cercanos (como por ejemplo hijos o hijas) con enfermedades mentales. El teatro se utiliza en este caso como herramienta de expresión en su lucha contra el estigma.

Manifiesto

Super ApósitoCon nuestro trabajo, contribuimos a la humanización de los procesos hospitalarios y a la prevalencia del sujeto por encima de la enfermedad mientras dure el proceso. Hoy en día, muchas personas viven su enfermedad con gran soledad. Por esta razón, ponemos el teatro al servicio de la sanidad y contribuimos a su humanización.

Proponemos el humor como herramienta fundamental para poder afrontar las situaciones adversas que se viven alrededor de la enfermedad. Las risas ayudan a canalizar la tensión, el miedo y la ansiedad que sufren muchas personas ante esta situación y, por esta razón, queremos acompañarlas con lo que mejor sabemos hacer: teatro. Sin duda alguna, esto ayuda a afrontar este momento vital con más optimismo.

Risas para pequeños, para que sean más niños y menos enfermos.

Risas para mayores, porque entendemos el humor como un signo de vitalidad.

Teatro para personas que sufren alguna enfermedad mental como forma de expresión en su lucha contra el estigma.

Sobre la Dominació masculina (2a part)

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L'acte sexual heteronormatiu més tradicional en la seva forma i ritus en sí mateix està pensat en funció del principi de la primacia de la masculinitat, basat en oposicions mítico-rituals: dalt/a baix , sec/humit, actiu/passiu, mòbil/inmòbil... on l'home pren la iniciativa ( jo afegeixo: quina relació té tota aquest imaginari amb la cultura de la violació...)..."i per manifestar la seva conformitat les dones han de dir dues vegades Sí"...


@RobenFawkes a El dit a la Nafra


L'acte sexual com a relació de dominació, és sotmetre al seu poder, també enganyar, explotar, seduir, manipular...una forma d'apropiació, de possessió, i així les manifestacions de la virilitat es situen en la lògica de la proesa, gesta, que glorifica i enalteix. La "virilització"és "desfeminització". La virilitat ha de ser reafirmada per altres homes...per formar part del grup dels homes mascles, per no ser exclosos entre els mateixos homes...

L'orde social està organitzat al voltant del principi de divisió androcèntrica, i això explica la força extrema del domini que exerceix. Homes i dones tenen molta dificultat per percebre la pròpia lògica de dominació, perquè la pròpia visió androcèntrica està continuament legitimada per les mateixes pràctiques que determina, i fomentada per una "objectivitat del sentit comú"...que sembli natural...

Bourdieu defensa que la perspicàcia i capacitat intuïtiva atribuida a les dones, es va desenvolupar sociològicament com un instrument de supervivència davant l'opressió masclista.

La violència simbòlica és una forma de poder que s'exerceix directament sobre els cossos de les dones, i "màgicament" al marge de qualsevol coacció física, per inculcació i assimilació...aquesta "màgia" del poder simbòlic adopta formes de: Emocions corporals      ( vergonya, humiliació, timidesa, ansietat, culpabilitat...) o de Sentiments (amor, admiració, respecte, por...).

El concepte de "consentiment" anul·la pràcticament la responsabilitat dels opressors, invaeix la consciència de les oprimides. La violència simbòlica  defineix a les dones negades com a subjectes reduïnt-les a l'estat d'objectes d'intercanvi, instruments simbòlics de la política masculina, instruments de producció i reproducció del capital simbòlic (" el honor" ) i social. 

La conducta típica dels dominadors, dels opressors,  és ser capaços de fer que es reconegui com a universal la seva manera de fer particular ( abusar, maltractar, vexar,...). Les normes que existeixen actualment per a valorar a les dones no tenen res d'universals.

La violència simbòlica contra les dones opera per la mirada, les reaccions i la paraula dels altres, els homes. I els esquemes de percepció utilitzats en els actes d'avaluació depenen directament de la posició ocupada en l'espai social.
La dominació masculina converteix a les dones en objectes simbòlics, on el seu "ser"és un "ser percebut", que les posiciona en un estat d'inseguretat, de judici permanent, de dependència simbòlica ("por y para los demás"), objectes atractius, disponibles, acollidors,...de forma incessant sota aquesta mirada dels altres, les dones estan condemnades a experimentar constantment la distància entre el cos real, al qual estan encadenades i el cos ideal al qual intenten apropar-se. 

Continuarà...
@RobenFawkes

Jornades contra la violència de gènere al Ribot i Serra

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La propera setmana del 24 al 27 de novembre el grup de 2on d’Animació Sociocultural i Turística dinamitzaran una Campanya de Sensibilització i Conscienciació de l’estat en què es troba actualment la violència envers les dones i la perspectiva de gènere.

Exposició, videofòrum, i moltes altres activitats destinades a tot l'alumnat de Ribot i Serra durant aquesta setmana que començarà amb la visita de Pamela Palenciano.




"La educación no cambia el mundo, cambia a las personas que van a cambiar el mundo"
FREIRE

Tota una setmana amb activitats de sensibilització i conscienciació entorn el Dia Internacional contra la Violència de Gènere ideades, planificades i dinamitzades pel grup de 2on d'Animació Sociocultural i Turística de l'Institut Ribot i Serra de Sabadell. Autèntica animació amb perspectiva de gènere.

La setmana s'obrirà amb la visita de Pamela Palenciano Jodar amb el seu monòleg vivencial "No sólo duelen los golpes" sobre la violència de gènere. "No solo..." no es un testimonio de una historia, tampoco es un taller de prevención... ni así tampoco es un monólogo u obra de teatro: es todo a la vez, com afirma Pamela al seu blog

Durant les Jornades, l'alumnat de la tarda de l'Institut Ribot i Serra, gaudirà de diverses activitats:

Exposició plàstica. Des de diverses perspectives es tractava la temàtica: història, notícies sobre la violència de gènere. S'ha confegit des de diferents comissions (subgrups) i es col·locarà al vestíbul i al passadís de direcció, amb cartells i pòsters explicatius i denunciants de situacions de violència de gènere.

Videofòrums i teatre social: des de les diferents perspectives esmentades anteriorment es passaran uns documentals i es plantejaran preguntes de reflexió per al debat. D’altra banda, un altre subgrup representarà diferents situacions on la dona i l'home pateixen algun tipus de violència i les persones participants hauran de transformar-la.

Concurs artístic: una oportunitat per tot l'alumnat de participar amb les seves creacions artístiques amb perspectiva de gènere (literàries, expressió corporal, contes, teatre, fotografia, vídeos, etc.)

I moltes activitats més: representació auditiva, rols playing, ...

Totes les situacions que es treballaran són extretes de les nostres vides quotidianes, de com ens mirem, de com ens toquem, de com ens diem... (micromasclismes, noves masculinitats, ...). L'alumnat ens oferirà un espai de reflexió i diàleg amb la finalitat de canviar la nostra mirada posant-nos unes ulleres diferents (les de la perspectiva de gènere) i mostrar que canviant els petits gestos podem canviar el món.

Objectius

  • Identificar el contingut essencial del Dia Internacional contra la violència de gènere
  • Plasmar de manera gràfica i/o plàstica els conceptes afins a la temàtica
  • Promoure un caire socioeducatiu i de sensibilització sobre la temàtica
  • Crear consciència de les actituds personals i professionals que ens afecten tant a nivell individual com col·lectiu
  • Animar amb perspectiva de gènere!

Una activitat real per assolir aprenentatges reals

Aquestes jornades suposa una experiència real d'aplicació de la perspectiva de gènere en la intervenció social i una oportunitat d'aprenentatge (gestionar temps, espais; ajustar el llenguatge per a que fos entenedor, en funció del grup; dinamitzar temàtiques des d’un punt de vista socioeducatiu, ...) per tota la comunitat educativa.

La estereotipación negativa de los feminismos y la invisibilización de los estudios de género

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Los estudios de género deberían formar parte del contenido curricular en la educación básica y en la Universidad. No es justo que todas las obras y hazañas de mujeres en el área de la ciencia, de la política, de las artes están invisibilizadas y apartadas de los ámbitos académicos. Cuando yo comencé a leer sobre teoría feminista, me di cuenta de que lo que yo había estado estudiado durante veinte años seguidos era la Historia de los Hombres. Excepto Cleopatra y la Reina Isabel la Católica, todos los reyes, príncipes, emperadores, zares, caudillos, gobernantes, condes, marqueses, militares y papas han sido hombres. 

Coral Herrera Gómez en el Rincon de Haika



No sólo en Historia: en Literatura todos los poetas, escritores y editores son hombres; solo recuerdo aSanta Teresa de Ávila y a Rosalía de Castro como ejemplos de mujeres creadoras. En Filosofía, todos los autores importantes (Aristóteles y Platón, San Agustín y Santo Tomás, Rousseau y Hobbes, Locke y Erasmo, Ortega y Marx...), pero nada de María Zambrano o Hanna Arendt hasta que llegué a la Universidad. Yo he estudiado a los grandes artistas (Miguel Ángel, Velázquez, Beethoven, Mozart, Picasso) y también he leído sobre los científicos más grandes (Galileo, Newton, Einstein), pero sólo recuerdo a una mujer científica importante: Madame Curie. 




Cuando empecé a leer sobre mujeres que gobernaron países, que escribieron, que pintaron, que pensaron, que compusieron música, que descubrieron cosas importantes para la Ciencia, me pregunté cómo era posible que nadie me hubiera hecho notar la invisibilidad de las mujeres en los libros de texto mientras me contaban las guerras y las batallas de los Hombres. 



Empecé a leer sobre las mujeres que a lo largo de los siglos se han organizado para luchar por sus derechos y sus libertades;  muchísimas de ellas han sufrido y sufren aún ostracismo social, torturas y vejaciones. A lo largo de los siglos, las mujeres feministas han sido encarceladas, violadas y asesinadas sólo por defender la igualdad. 


Cuando me paro a pensar en los logros de esa lucha en las democracias actuales, me doy cuenta de la importancia que ha tenido para mí y para mi generación porque gracias a ellas puedo estudiar y trabajar, elegir con quién comparto mi sexualidad y mis emociones, elegir el momento de mi maternidad, configurar mi proyecto vital yo sola, etc. Y me emociono comparándome con mi abuela, que vivió toda la dictadura franquista y asumió su ideología católica y misógina, y con mi madre, que salió a las calles para luchar por sus derechos y por los míos. 




Lo terrible no es solo es silenciamiento de estas luchas, sino que además muchos piensan que ya es suficiente porque la ley nos reconoce la igualdad de derechos que reclamábamos, a pesar de que las cifras muestren que esas leyes no se cumplen.  Los feminismos gozan de escasa reputación porque al poder le ha interesado transmitir una  visión estereotipada y negativa del feminismo; muchos siguen creyendo que el feminismo y el machismo son lo mismo, y nos acusan a las feministas de ser odiadoras de hombres, pese a que nosotras no deseamos imponer el poder femenino para instaurar un sistema violento y jerárquico como el patriarcado en el que dominen las mujeres. 

Los feminismos no quieren imponer un matriarcado basado en la violencia contra el hombre, como ha sido el patriarcado hasta ahora. No desean dejarlos sin voto, ni violarlos en las guerras, ni mutilar sus genitales en pro de una tradición cultural, ni confinarlos en el ámbito doméstico, ni quiere matarlos por adulterio. Los feminismos no pretenden que los hombres sean propiedad de sus madres y luego de sus mujeres, ni desea que los hombres cobren salarios más reducidos, ni tampoco querría desterrarlos de las cúpulas de poder mediático, empresarial y político. No quiere traficar con cuerpos masculinos para el disfrute de los femeninos, ni desea que los niños varones estén desnutridos o abandonados en orfanatos, ni, por supuesto, promovería su marginación social o económica. Tampoco vetarían el acceso a la escuela a los niños varones, ni les prohibirían el acceso a la Sanidad y la Universidad. 


Comprendan que eso es una locura que no promueven los feminismos, que han luchado siempre por la igualdad entre mujeres y hombres. 


Es una cosa muy simple de entender que los feminismos son algo más diverso, más complejo y más fascinante que el estereotipo hembrista que circula por el espacio social. Sin embargo, cuando en mis clases cuando pregunto quién es feminista, nadie levanta la mano, ni hombres ni mujeres. Cuando pregunto por qué, el argumento es siempre el mismo: "es que yo estoy a favor de la igualdad, no de que las mujeres dominen el mundo". El feminismo, sin embargo, no es una ideología anti-hombres llena de odio, rencor y miedo. Prueba de ello es la cantidad de hombres feministas que existen, y que han colaborado en esas luchas desde los años 60 en Occidente.




Los feminismos del siglo XX son, de igual modo que el pacifismo y el ecologismo, una extensión en la lucha por los derechos humanos.  Defienden la igualdad entre hombres y mujeres, y trabajan contra la discriminación que sufren las mujeres en las sociedades patriarcales. Las mujeres nos reunimos para pensar(nos), para organizarnos, para reflexionar y visibilizar la discriminación y la violencia. Los feminismos pretenden poner en cuestión las tradiciones patriarcales, reclaman un mundo más igualitario, denuncian la violencia ejercida contra mujeres y niñas en todo el planeta. 




El problema es que estas luchas de mujeres han quedadodesprestigiadas por un estereotipo negativo que se ha extendido en la conciencia colectiva: la feminista que odia a los hombres y protesta por todol. Esta imagen de mujer amargada y masculinizada ha hecho mucho daño a la lucha por la igualdad; al ecologismo le pasó lo mismo cuando se comenzó a construir una imagen del movimiento como un grupúsculo de radicales irracionales.

Así que las feministas y las ecologistas son mujeres "locas", o "histéricas", o "desviadas", y eso le conviene al patriarcado para que no cunda el ejemplo.

Por eso me parece fundamental que en las escuelas, en los medios de comunicación, en los espacios públicos se visibilicen los logros de los feminismos, que son 


redes que tejemos, conglomerados de escuelas, corrientes teóricas, grupos de activismo muy variado. Los feminismos tienen un objetivo común, que es la igualdad de derechos y oportunidades, pero existen muchas ideologías en esa red de luchas y reflexiones: feminismo progre, feminismo institucional, feminismo punk, feminismo radical, feminismo comunista, feminismo anarquista, feminismo burgués, feminismo multicultural, feminismo lesbiano, post feminismo... y estudios de masculinidad que investigan cómo el patriarcado ha afectado a los hombres, a su salud mental y psíquica, a sus emociones y a sus relaciones afectivas. 

Además, dentro de los estudios de género también están los estudios gays y lesbianos, la teoría marica... y la teoría queer, que propone ir más allá del feminismo y diluir las barreras de género, integrando a la especie humana en un todo en el que caben mujeres masculinas, hombres femeninos, travestid@s, transexuales, y gente que no se siente ni una cosa ni la otra. 

En ese entorno tan vasto de posibilidades, existen profundos choques entre las diferentes corrientes, pero en cualquier caso lo interesante de los estudios de género es la puesta en común de un análisis en torno a cómo el patriarcado ha afectado a la vida cotidiana de mujeres y hombres, a nuestras relaciones sexuales y afectivas, a nuestras formas de organización política, económica y social , a nuestras expresiones artísticas y nuestras producciones culturales... es simplemente analizarlo y proponer vías para que las mujeres no sigan estando invisibilizadas en los libros de texto. 


Esto en el caso de los países desarrollados, que son pocos comparados con el resto del planeta. No hace falta recordar que fuera deestas islas de privilegio (Europa y Norteamérica) 100 millones de niñas son mutiladas y privadas de su derecho a la sexualidad y al placer, a la educación y al trabajo remunerado, son apedreadas en el mundo árabe hasta la muerte, se trafica con ellas y sus cuerpos como negocio en todo el mundo, son más pobres y analfabetas y están más desnutridas que los hombres, trabajan el doble o el triple que ellos. En esos países hay muchísimo trabajo por hacer y el activismo feminista es fundamental para poder garantizar la vida de muchas mujeres. Por eso es importante proteger a las activistas amenazadas de muerte, y promover la cultura de la igualdad para lograr que más mujeres y hombres se unan al trabajo por los derechos humanos.

En el ámbito de la investigación lo justo sería visibilizar el papel de las mujeres en la Historia, sacar a la luz la cantidad de mujeres astrónomas, matemáticas, biólogas, médicas, filósofas, poetas, políticas, escultoras, arquitectas, etc. que han hecho grandes aportaciones a la Humanidad y que han sido reconocidas o despreciadas en su época. Su importancia ha quedado silenciada porque en el pasado sufrieron las burlas de sus colegas de profesión y en el presente no se las estudia en los colegios ni en las universidades. 


A mí me parece increíble que se estudie la crítica de Erich Fromm a la crítica de Marcuse sobre Freud, pero que no se hable de la crítica de Mary Wollstonecraft a Jacques Rousseau, hombre que creía en la igualdad y en la libertad, pero no en la de todo el mundo, sino solo la de los hombres. También que me parece increíble que me expliquen la Revolución Francesa sin contarme que las mujeres exigieron, al inicio de las revueltas, que la carta de derechos fundamentales del hombre también fuese para la otra mitad de la población. Lo mismo con las revoluciones socialistas: mujeres comunistas y anarquistas exigieron que antes de derribar las diferencias de clases había que derribar la inferioridad de la mujer y la superioridad del hombre, porque si no la Revolución no sería una Revolución, ni una lucha real por la igualdad de todos los seres humanos. 


El desprecio de las luchas de emancipación femenina que mantuvieron los hombres revolucionarios del siglo XVII hasta hace bien poco deslegitima, desde una perspectiva libertaria, la lucha socialista por el fin de las clases sociales y de las relaciones de dominación entre ricos y pobres,porque al mantener las jerarquías de género siguen proponiendo sistemas políticos no igualitarios. 


En cualquier caso, ya va siendo hora de que las instituciones se esfuercen por dar la importancia que se merece a la lucha feminista dentro de la Historia Universal, y de que se impliquen en acabar con la idea de que las mujeres somos inferiores sólo porque a nuestras antepasadas se las prohibió el acceso a la educación, al prestigio intelectual, y a la disciplina científica. Que los grandes de la Historia hayan sido Hombres es normal en una cultura patriarcal; ya se sabe que son los vencedores los que escriben el relato histórico que la ciudadanía tendrá que estudiar y asimilar. 


Ahora que las leyes democráticas fijan la igualdad de mujeres y hombres, hay que comenzar también a visibilizar una parte de nuestro pasado y nuestro presente que no nos han contado en las escuelas. Sólo para que las niñas y los niños del futuro sepan que muchas mujeres dieron su vida por alcanzar la igualdad, y que en la actualidad, muchas siguen arriesgando su libertad y su vida por los derechos de todas. 

Es necesario visibilizar estas luchas y darles la importancia que merecen, los feminismos recorren el planeta entero tratando de acabar con  la violencia y la discriminación que sufren a diario millones de mujeres en el mundo. Para ello es importante, entonces, seguir derribando mitos, estereotipos y roles, y unirnos, mujeres y hombres feministas, para poder seguir trabajando en esos cambios en la cama, en la casa, en las calles, en las instituciones, en el mundo laboral, en la cultura, en las escuelas y universidades, en los congresos y en las redes sociales.  






Sin tiempo para el amor: el capitalismo romántico

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Ilustración: Señora Milton para Minerva Magazine
Al sistema productivo le da igual que estés borracha de amor, cachonda, angustiada o de duelo. El capitalismo nos enjaula, quiere que dediquemos nuestro tiempo a trabajar o a consumir: el amor es improductivo. Los feminismos reclaman la conciliación de la vida laboral y el trabajo reproductivo pero, más aún, necesitamos un modelo compatible con el placer y los afectos.

Coral Herrera Gómez en Pikara Magazine


Si el día medio de trabajo, incluyendo
la preparación y la transportación, es de diez
horas, y si las necesidades biológicas de dormir y alimentarse
requieren otras diez horas, el tiempo libre será de cuatro
horas en cada veinticuatro durante la mayor parte de la
vida del individuo. Este tiempo libre estará potencialmente
disponible para el placer.


Herbert Marcuse, Eros y Civilización.

¿Cuántas horas le dedicas al amor? No a imaginarlo, soñarlo o consumirlo en forma de película o novela, sino a vivirlo. ¿Cuánto tiempo hace que no pasas horas haciendo el amor con tu pareja de hace años, como al principio?, ¿cuánto tiempo tienes para conocer gente nueva y encontrar a alguien que te gusta mucho?, ¿cuánto tiempo dispones para tener un romance de esos que te descolocan la vida y te destrozan los horarios?
Tenemos poco. Hay poco tiempo para el amor. Para conocerse, para enamorarse, para profundizar, para decepcionarse, para dejarse, para recuperarse, para volverse a enamorar.
Nuestras obligaciones diarias son extenuantes, y al final del día nos derrumbamos en el sofá para leer, ver tele o navegar por las redes. El cansancio no da para ponerse a dar brincos en la cama con nuestro compañero o compañera
Vivimos en una sociedad muy amorosa: por la radio suenan canciones de amor desgarrado, en el cine todas las películas tienen alguna historia de amor de fondo o en primer plano, las estrellas salen del armario en el telediario y nos presentan a sus parejas, en las revistas circulan chismes y cotilleos sobre famosas que se enamoran o se separan, las redes sociales están llenas de gente buscando al amor de su vida, en Facebook nos enteramos de las bodas de nuestra gente, en la televisión triunfan los dramas sentimentales, en la publicidad nos regalan paraísos románticos para vendernos casas, coches, muebles o desodorantes.

Sin embargo, hay poco tiempo para el amor. Marcuse lo vio claro: son muy pocos minutos los que dedicamos al placer. La mayor parte del día acudimos a trabajar a cambio de un salario, y el resto del tiempo que nos queda es para dormir, y resolver las cuestiones básicas de higiene y nutrición (y otras miles obligaciones de la vida urbana posmoderna). Hacemos el amor al final del día, antes de dormir, cuando tenemos el cansancio acumulado encima, y hay que darse prisa para terminar pronto y poder dormir si acaso 7 u 8 horas.
Podríamos disfrutar más si pudiésemos dedicar días enteros a charlar, a jugar, a hacer el amor, a comer rico, a escuchar buena música en la intimidad con nuestras parejas. Pero los horarios que tenemos no dan para relajarse y para el disfrute pleno del amor. Nuestras agendas están siempre repletas de cosas que hacer después de trabajar 8 horas y de perder al menos otras dos en volver a tu casa o desplazarte a cualquier otro lugar: ir al gimnasio, ir a clases de yoga, pasear al perro, acudir a la asamblea de tu colectivo, reunirte con amigas del colegio, llevar al gato al veterinario, vaciar la pila de platos y sartenes sucias, ir al dentista, contestar emails, hacer la compra semanal, regar las plantas, llevar a arreglar unos pantalones, ir al psicólogo, hacer lavadoras en casa, recoger y limpiar el hogar, hacer cenas o comidas para el día siguiente, skypear con tu hermana que emigró al extranjero, devolver llamadas o guasaps, depilarte las piernas y el bigote, supervisar las tareas del colegio de tus hijas o hijos, acudir a la asamblea de vecinos, pasar por Correos, visitar a los del banco, llevar a la niña a informática y después a inglés, llevar a arreglar las gafas del niño a la óptica, llevar el ordenador al técnico para que lo arregle, hacer cuentas y revisar facturas, estudiar cualquier cosa que nos permita crecer o actualizarnos profesionalmente….
Sí, nuestras obligaciones diarias son extenuantes, y al final del día nos derrumbamos en el sofá para leer, ver tele o navegar por las redes y olvidarnos un poco de nuestras preocupaciones. En esos momentos quizás solo nos quede una hora útil  de vida antes de caer en los brazos de Morfeo, y el cansancio no da para ponerse a dar brincos en la cama con nuestro compañero o compañera. Según la mayor parte de las estadísticas, los días en que la gente se dedica a gozar del sexo son los fines de semana, que como todas sabemos, son demasiado cortos para hacer todo lo que una quiere hacer: vivir la vida.
Si ya es difícil reservar tiempos y espacios para compartir con la pareja, imagínense las personas que tienen amantes o varias parejas. Es difícil ser poliamorosa

El tiempo se nos va de las manos. Y lo maldecimos cuando nos damos cuenta de que llevamos milenios sin ver a tal amiga querida, o sin ir a visitar a tu abuela, o sin reunirte con la pandilla de la universidad. O cuando asistimos a un funeral y nos decimos: “Oye a ver si nos vemos más, hay que juntarse en las ocasiones alegres también”.
La tiranía del tiempo que se nos va se diluye cuando nos enamoramos salvajemente. Nos liberamos cuando el subidón del enamoramiento trastoca nuestra percepción y relación con el tiempo, como pasa con las drogas. Dejamos de mirar el reloj, las intensas noches de amor se hacen cortas, los instantes sublimes congelan el tiempo y nos hacen eternas.
Sí, el amor nos hace diosas del tiempo: bajo el influjo de la pasión somos capaces de saborear cada segundo de amor, atrapar el presente con nuestras manos, vivir el ahora con una intensidad brutal. El tiempo ya no va inexorable segundo a segundo hacia el futuro, a un ritmo monótono e implacable. Los segundos parecen horas, las horas minutos: el tiempo se ralentiza (cuando estamos esperando una llamada o que llegue el día de la próxima cita) o se acelera (cuando estamos sumergidos en los ratos de amor loco), y la vida es más emocionante porque nuestra percepción de la realidad se trastoca.
También nuestro organismo se trastoca y adquirimos superpoderes. La química del amor es tan fuerte que somos capaces de pasar noches enteras sin dormir junto a la persona amada, y cada día acudir al trabajo y cumplir tus obligaciones como si nada hubiera pasado: sólo te delata una sonrisa permanente en la cara, las ojeras malvas, la piel tersa y el cabello brillante. A la noche te espera otra desvelada, tú te sientes con fuerzas para todo: nos llenamos de energía cósmica para vivir el presente intensamente.
Cuando  pasa la borrachera del amor y volvemos a nuestra vida real, perdemos los superpoderes para dedicar horas a hacer el amor y ya el cuerpo responde mal si le sigues quitando horas de sueño. Con el paso de los meses y los años, las parejas se vuelcan más hacia lo social que hacia lo íntimo, y es difícil para muchas volver a construir esos espacios íntimos llenos de magia para detener el tiempo. Así pues, hay gente que se queja de que follamos con prisa, follamos sin ganas, follamos cansadas, follamos poco, o no follamos nada.
Si ya es difícil reservar tiempos y espacios para compartir con la pareja, imagínense las personas que tienen amantes, o las que tienen varias parejas: es casi imposible encontrar huecos en el día para dedicarse al amor sin mirar el reloj. Las parejas de adúlteros apenas pueden disfrutar de una hora o dos (no hay tiempo para más), pero la gente poliamorosa también lo tiene difícil, por la falta de tiempo para tener varias parejas simultáneas: el fin de semana tiene solo 2 noches, 3 días que pasan volando.
La cadena de producción no puede parar por tus sentimientos, y al capitalismo le conviene que no seamos demasiado felices: nuestra insatisfacción permanente y nuestro dolor nos hacen más vulnerables.

Sí, es difícil ser poliamorosa en estos tiempos que corren si quieres dedicar a todas tus relaciones tiempo de calidad, si quieres disfrutar intensamente de tu vida social (tu comunidad, tu tribu, tu vecindario, tu familia), y si además necesitas tiempo también para disfrutar de tu propio espacio-tiempo a solas.
Vivimos en un sistema productivo que nos encadena durante 40 horas semanales a un trabajo que nos da un salario generalmente precario (son muchas las personas que hacen 50 o 60 horas semanales robando horas de sueño o de su vida a cambio de nada o de muy poco).
A las empresas no solo les damos mucho tiempo de nuestras vidas, sino también nuestras energías físicas, mentales y emocionales. ¿Cuantos de vosotras habéis tenido que arrastraros dolorosamente fuera de la cama para ir al trabajo sintiendo que os dejáis un poco de vida en el lecho del amor?, ¿cuánta gente ha faltado alguna vez al trabajo por estar enamorada o enamorado?, ¿cuántas veces has deseado estar entre las sábanas jugando, mientras miras por la ventana y cuentas las horas que te quedan para salir de tu lugar de trabajo?, ¿cuántas veces has perdido la concentración en tu trabajo por culpa de un amor que te está esperando en su casa mientras te hace la cena, y no logras acabar tu tarea?
El capitalismo nos enjaula, aunque no seamos productivas. Al capitalismo le da igual que estés borracha de amor, feliz, eufórica, exultante, cachonda, preocupada, angustiada, desesperada, triste, ansiosa, enojada. Al capitalismo no le importa que tu compañera esté hospitalizada y tú quieras estar cuidando y acompañándola. No le importa si vas a tener una conversación decisiva con tu pareja, si estas de duelo por una ruptura sentimental, si quieres acompañar a una amiga o amigo en momentos difíciles. No le importa, y tú tienes que ir a trabajar, aunque tu abuela se esté muriendo. No le importa si has dormido esa noche por la gripe de tu hija o si te has pasado la noche gozando lujuriosamente. Tú tienes que estar ahí, cumpliendo, aunque no seas productiva y no logres hacer nada ese día.
Si te lo montas por tu cuenta, es lo mismo. No puedes permitirte el lujo, generalmente, de tomarte unos días para tus asuntos emocionales, porque entonces no comes ese mes. La cadena de producción no puede parar por tus sentimientos, y al capitalismo le conviene que no seamos demasiado felices: nuestra insatisfacción permanente y nuestro dolor nos hacen más vulnerables. Así que la explotación de nuestras energías y tiempos es brutal, porque va más allá de la cuestión productiva. Vivimos en una sociedad represiva a la que le conviene constreñirnos el acceso al placer, al amor, al juego y al disfrute. Prefieren que disfrutemos consumiendo, o dediquemos nuestro tiempo a trabajar: el amor es improductivo. Poco rentable.
Hay poco tiempo para el amor, y a veces pocas energías. El enamoramiento pasional no es eterno: nuestro cerebro y corazón no pueden estar añales enamorados: es agotador estar generando ese nivel de endorfinas y anfetaminas todo el tiempo. Además, el romanticismo siempre acaba siendo aplastado por la tiranía de los horarios, de la rutina, de las obligaciones. Muchas parejas se desenamoran porque apenas pasan tiempo juntas: tiempo de calidad, tiempo sin límites, tiempo para el erotismo y el amor.
Además de no tener tiempo para vivir romances, tampoco lo tenemos para disfrutar de nuestros hijos e hijas, de nuestra gente querida, de nuestros animales domésticos: pasamos la mayor parte del día fuera de casa, produciendo para enriquecer a otras personas que en realidad no necesitan tenernos tantas horas allí.
Los feminismos reclaman la conciliación de la vida laboral y familiar: las 8 horas de trabajo diarias son incompatibles con el cuido de bebés, personas enfermas o ancianas. Y resulta que el 90% de las cuidadoras en el mundo son mujeres. Unas tienen que renunciar a la autonomía económica y al mercado laboral, y otras cargan con la doble jornada laboral.
Hay países en los que los trabajadores no tienen derecho a vacaciones pagadas (si acaso dos semanas al año, y sin cobrar), pero hay otros como Islandia o Suecia que están implantando nuevas medidas para aumentar la calidad de vida de sus habitantes. En el caso de Suecia, creen que no es el tiempo lo que determina el nivel de eficacia laboral, sino la motivación y el bienestar de los y las trabajadoras. Han decidido implantar una jornada laboral de 6 horas sin reducción de salario, lo que al parecer aumenta el nivel de satisfacción de los suecos y las suecas con respecto a su trabajo; además, mejora la productividad, aumenta el ahorro estatal y permite crear más empleo. Puedo imaginar lo felices que deben de estar las trabajadoras municipales al ganar una hora de vida para sus amigos y amigas, para su familia, para su comunidad, para sus aficiones, para sí mismas, para su tiempo de descanso o de ocio.
El tiempo es oro: nuestras vidas son muy cortas y necesitamos un sistema productivo más acorde a nuestras necesidades vitales, individuales y colectivas. El capitalismo romántico nos regala muchos finales felices mientras nos roba horas de vida: necesitamos recuperar nuestro tiempo, y necesitamos energía para disfrutar de la vida.
Necesitamos tiempo para amar, para disfrutar del placer en toda su plenitud. Tiempo para escuchar, para viajar, para conocer, para compartir, para construir comunidades con los demás. Tiempo para apoyar, para crear redes, para celebrar, para aprender, para crear. Tiempo para cultivar y nutrir lo único que parece darle un poco de sentido a la vida: los afectos.

#LikeAGirl Always

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Increíble campaña publicitaria para "Always" (compañía de productos de higiene íntima femenina) elaborada por la agencia creativa "Leo Burnett" de Chicago. Donde el objetivo principal es fomentar la fortaleza de la mujer, apreciar el valor de la frase "Like a Girl" (Como una niña) y dejar de verla como un insulto.



Comalas

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Nuestro modelo de desarrollo condenó a muchas regiones al abandono. En Europa el camino era el contrario


JULIO LLAMAZARES | ElPaís.es

Desde 1960, cuando comenzó en España el éxodo del campo a la ciudad, cientos de aldeas han desaparecido o se han convertido en fantasmas al modo de la Comala de Rulfo. Se calcula que en nuestro país son ya más de 3.000 los núcleos deshabitados y que en los próximos años otros tantos lo serán también.

Nuestro particular modelo de desarrollo, que primó la industrialización de cuatro o cinco ciudades grandes y la expansión de la periferia, especialmente del arco mediterráneo, en perjuicio del resto del país, condenó a muchas de sus regiones, sobre todo a las más montañosas o las que, por la razón que fuera, habían quedado más atrasadas, al abandono y a la despoblación. Así, cientos de aldeas de Aragón, de la Castilla más montañosa (Guadalajara y Soria sobre todo), de Galicia, de Asturias, de León, fueron quedando deshabitadas, desapareciendo físicamente incluso bastantes de ellas. El espectáculo de sus ruinas tomadas por la maleza está al alcance de todos.
Que sea el negocio el que los redima y que este venga del extranjero no hace sino más triste la  historia de esos lugares
Durante mucho tiempo, no obstante, el fenómeno sólo le interesó a los vecinos de esos lugares y a cuatro o cinco románticos para los que el espectáculo de las aldeas abandonadas constituía toda una metáfora de este país. Porque, mientras sus ciudades y algunas zonas privilegiadas avanzaban en la historia viento en popa convertidas en los espejos de su presunta modernidad y riqueza, miles de pueblos y aldeas quedaban en el olvido, discriminados por su pobreza o su lejanía. Mejor todos reunidos en ciudades que diseminados por la geografía española, que es más caro para el erario público. Mientras tanto, en Europa el modelo que se seguía era el contrario, es decir, el de promover con la economía el equilibrio geográfico del país de manera que ninguna región quedara desfavorecida ni ningún pueblo tuviera que desaparecer. Por eso es difícil hallar en esos países lugares deshabitados del todo, por lo menos en la medida española, y por eso ocurre que a sus habitantes les resulte exótico ver un pueblo abandonado por completo, algo que para nosotros es tan común.
Últimamente, además, aparte de la curiosidad, el interés de ciertos extranjeros por nuestros pueblos deshabitados tiene una razón distinta. Determinados grupos de inversores han visto una posibilidad de negocio en la compra de esas aldeas abandonadas por sus vecinos, bien sea para convertirlas en centros de vacaciones, bien para dedicar sus terrenos a cotos de caza o para especular con ellos. El dinero que llega de sus manos es para unos vecinos que en muchos casos hace ya mucho tiempo que abandonaron sus pueblos, que incluso los aborrecen por la pobreza que en ellos sufrieron, un argumento imbatible para vencer ciertas ataduras que solo entiende la gente que durante generaciones y siglos vivió en el mismo lugar.
El fenómeno está empezando a producirse, pero ya ha generado cierta atención mediática como antes sucediera con la ocupación de algunas aldeas por grupos alternativos, lo que está contribuyendo de paso a que los españoles vuelvan la vista hacia unos lugares para muchos desconocidos del todo porque en España la modernidad y el progreso se han confundido con el desprecio de lo rural y lo menos rico. Una actitud que delata el complejo que en el fondo aquí se tiene respecto a otros países europeos (que, paradójicamente, son los que muestran más respeto hacia sus pueblos: los italianos o los franceses no tienen que demostrarle a nadie que son modernos) y que hace que a día de hoy la mayoría de la población española ni siquiera se haya enterado de que, mientras ellos hacen su vida, miles de pueblos quedan abandonados como Comalas sin redención. Que sea el negocio el que los redima y que este venga del extranjero no hace sino más triste la triste historia de esos lugares y de las gentes que los habitaron.

Compromiso y cuidado en la ciencia

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¿Cómo pensar la ciencia más allá de la producción de verdades únicas? ¿Se puede hacer crítica de su epistemología sin que sea ”irracional“?
La pregunta sobre qué sociedad queremos pasa necesariamente por la pregunta de cómo y qué ciencias hacer.
Rebeca Ibáñez Martín en DiagonalCuerpos


En el número 226, Adolfo Estalella y Tomás Sánchez Criado constataban que el 15M había puesto en evidencia las principales instituciones de nuestra sociedad excepto una, apenas removida: la ciencia. En efecto, el contenido, el método y la comunicación de la actividad científica sigue sin emitirse y recibirse de forma crítica. Y eso a pesar de que las prácticas científicas, como cualquier actividad generadora de conocimiento, han de ser necesariamente reflexivas. Y esto pasa por el tipo de mundo en el que deseamos vivir.
Vale la pena acercarnos a la práctica científica, no sólo para leer la sección de conclusiones, sino también la de métodos
¿Qué quiere decir esto? Frente a las visiones triunfalistas y acríticas de la ciencia como un esfuerzo lineal y acumulativo –donde se descubren “hechos de la naturaleza”–, los estudios sociales de la ciencia y la tecnología (CTS) muestran cómo los métodos y los hechos van de la mano de las prácticas de observación experimental que les dan forma. Así, la actividad científica es una práctica socio-cultural y las divisiones contenidas en expresiones como “ciencia y cultura” y “naturaleza y cultura” son dicotomías ficticias. Esas expresiones duales sugieren que lo “social” y “lo científico” son independientes y sólo entran en relación sin son forzadas. Sin embargo, no se trata de dos dominios distintivos, sino en tensión.

El género como sesgo

La antropóloga Emily Martin demostró que los “hechos” de la reproducción humana se nutren de una narrativa en la que se escogen unos dispositivos experimentales y resultados empíricos frente a otros. En el caso en particular que estudió Martin, el esperma es un ejército de organismos activos y agresivos que penetran al pasivo, seductor y quizá un poco torpe óvulo. Estudios posteriores han mostrado que es el óvulo el que absorbe a los espermatozoides, atrayéndolos hacia sí y haciendo una criba previa. Otro ejemplo de cómo determinadas narrativas culturales alteran la forma en que se analizan los hechos y se desarrollan las conceptualizaciones para dar cuenta del material empírico es el de las hormonas, estudiado por Nelly Oudshoorn, Adele Clarke y otras feministas en Europa y en América. En la primera mitad del siglo XX se asignó a las hormonas la cualidad femenina y masculina, según el caso. Pero Adolf Butenadt observó que unas se transforman en otras y que hombres y mujeres tienen hormonas de las dos denominaciones. Si las hormonas se transforman y se contienen unas a otras, ¿por qué hablar de hormonas femeninas y masculinas? El sesgo del sexismo contribuía a naturalizar la dicotomía sexual.
Los estudios de la etiología de la malaria se han servido y se han desarrollado gracias a los estudios sociales sobre los vectores de transmisión de esta enfermedad
Estudios como los de Martin, Oudshoorn y Clarke han ofrecido repertorios empíricos y teóricos que acercan a las prácticas de laboratorio para entender y analizar las prácticas epistémicas. Se encargaron de “desempaquetar” lo que sabemos y descomponerlo en sus partes. Y así se constata que las prácticas científicas no se localizan fuera de lo social. Aquello que llamamos “lo natural” no es una tábula rasa donde se cincela la cultura, ni tampoco la biología es sólo “natural”. Los estudios sociales de la ciencia y la tecnología han sido capaces de desestabilizar la manera en la que se plantea la veracidad y la realidad de los hechos poniendo el foco en el modo concreto en que éstos se producen. Cuestionamos las aparentes certezas, la indisputabilidad de aquello que se percibe como monolítico y real. Y vemos que, en muchas ocasiones, hechos presentados como irrefutables tienen una historia detrás que, precisamente, les hace parecer tan unificados y poco problemáticos.
Estas polémicas ponen de manifiesto cómo las versiones que explican la reproducción humana y la diferencia sexual son una realidad que representa y reifica la dicotomía sexual y de género. Y cómo estos hechos no serían incontrovertibles.
Todo esto contrasta con la obstinada insistencia de presentar la ciencia como una cultura ideal. Para muchos de los que trabajamos directamente con temas científicos no nos vale con negarnos a entrar en el debate entre lo que es real y material frente a lo que es discursivo, emulando posturas realistas frente a críticas discursivistas. Frente al modelo de opuestos binarios que supone una posición realista frente a la discursivista, vale la pena acercarnos a la práctica científica, no sólo para leer la sección de conclusiones, sino también la de métodos. De esta forma seremos capaces de no sólo comprender mejor las actividades científicas y sociales, sino también, y más importante, de intervenir de forma activa sobre los mundos que queremos. Y esto pasa por el tipo de exploración colectiva que queremos convocar o las interferencias a ciertos modos de investigar que queremos desarrollar. Y de paso deshacemos ciertas idealizaciones y propiciamos conversaciones que vayan más allá de la representación en términos de dos culturas inconmensurables: la de los practicantes de la ciencia y la de los que la analizan desde las ciencias sociales.

Para intervenir en el mundo

No se trata sólo de trabajar para criticar las ciencias, hay que buscar maneras de seguir trabajando con ellas. Ejemplos exitosos tenemos: los estudios de la etiología de la malaria se han servido y se han desarrollado gracias a los estudios sociales sobre los vectores de transmisión de esta enfermedad; otro: las aportaciones conjuntas desde ciertos
sectores del activismo y de los estudios sociales de la ciencia han promovido la eliminación de ciertas categorías psiquiátricas en el DSM-5 (el manual de diagnóstico de trastornos mentales recomendado por la OMS). En concreto, las relacionadas con la patologización de identidades, conductas y deseos sexuales. La pregunta sobre qué sociedad queremos pasa necesariamente por la pregunta de cómo y qué ciencias hacer.

101 maneras en que los hombres conscientes pueden apoyar la causa feminista (Michael Urbina)

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Ryan Gosling (Fotografía)
"Me he considerado un feminista y aliado de las mujeres desde hace tiempo. Cuando tomé mi primer curso (...) no tenía idea que esto me llevaría por un camino insospechado, maravilloso y transformador hacia el feminismo. Abajo, una lista de las 101 maneras en que de manera cotidiana podemos ser aliados de las mujeres. debo reconocer que escribí esta entrada con tantos hombres heterosexuales como me fue posible, pues considero que es una parte importante del género masculino, la que menos apoya a las mujeres. Sin embargo, siento que muchos de estos puntos son aplicables en una escala mayor. Si tienes sugerencias o adiciones para esta lista, he incluido mi dirección electrónica hasta abajo. Estoy totalmente abierto al diálogo. Mientras que algunos de estos puntos me fueron sugeridos por amigos, la mayoría provienen de mi experiencia personal como aliado y activista feminista."




1. Reconoce tus privilegios, especialmente tu privilegio masculino (y, si aplica en tu caso, tu privilegio por ser "blanco") 
  •  De manera muy intencional es que menciono primero este punto. El comprender todos tus privilegios es el núcleo central de tu alianza hacia las mujeres y las personas que se identifican fuera del espectro de género convencional. Los privilegios masculinos son un conjunto de privilegios que todos los hombres (o quien se identifica como hombre) gozan en el contexto del patriarcado. Todo estos privilegios existen a expensas de las mujeres y otros grupos subordinados. Aquí hay una buena lista de ejemplos de privilegios masculinos (en inglés: The Male Privilege Checklist)
2. Haz un esfuerzo diario para reconocer tu privilegio masculino y después rétalo.
  • Para ser un aliado exitoso, debes realizar un esfuerzo diario para comprender lo que es un privilegio. Como hombre, es tu responsabilidad social el ser consciente de tus privilegios. Usa esta consciencia para explorar distintas situaciones. Por ejemplo, ¿cómo sería distinta cierta situación si fueras una mujer en tu misma posición? ¿Una mujer recibiría un trato distinto al que tú recibes?
3. Reconoce que tu privilegio masculino (entre otros) podría estarte cegando a las experiencias de lxs otr@s.
  •  De ninguna manera se espera que los aliados sean perfectos. Todos cometemos errores. Lo que elegimos hacer depsués de cometer un error es lo que determinará nuestra efectividad como aliados. Por lo tanto, es muy importante reconocer el hecho de que no lo sabemos todo! Porque dado nuestro privilegio, seremos ciegos a las situaciones que sólo una mujer podría cometnar. Entonces, por favor, reconoce este punto ciego y no te lo tomes de manera personal cuando alguien te corrija por perder algo de vista.
4.  Los posters y las imágenes de mujeres semidesnudas en tu muro y computadora... ¿En serio? Deshazte de eso.
  •  Si en verdad quieres ser un aliado, creo que este punto es bastante obvio. Lo diré así... Al tener ese poster en la pared o esa imagen en tu computadora, estás cosificando a las mujeres y el cuerpo femenino. Así de sencillo. Es posible que los tienes simplemente porque te gusta como se ve la mujer en bikini o completamente desnuda, pero ¿qué crees? Las.Mujeres.No.Son.Objetos. ¿Para tal caso, cómo vas a trabajar con una mujer o tomar a una mujer en serio, si sólo te interesa su apariencia exterior?
5. Deja de lanzar piropos.
  • Muchas de mis amigas me han dicho que su experiencia ante los piropos y el acoso en las calles constituyen las experiencias más espeluznantes, incómodas, intrusivas y degradantes que han tenido en sus vidas. Al lanzar piropos, estás contribyendo a una cultura que enseña a las mujeres a tener miedo y a que tienen que estar constantemente alertas a lo que sucede alrededor de ellas. Al lanzar piropos, estás contribuyendo a fortalecer la idea de que todos los hombres son unos c... pervertidos que no respetan a las mujeres. Al lanzar piropos, estás promoviendo una cultura sexista. No les estás reconociendo a las mujeres el derecho de sentirse seguras y cómodas en la vida pública. Deja de hacer eso. Ahora mismo. Habiendo dicho esto...
6. Sé consciente de hacia donde viajan tus ojos cuando pasa una mujer caminando cerca de ti. Cambia este comportamiento.
  • Otro ejemplo de acoso en las calles... Veamos, hemos sido criados para cosificar a las mujeres. No todos lo queremos admitir, pero todos somos culpables de haber hecho esto en algún momento de nuestra vida. Incluso como un hombre que toma cursos de Estuidos de Género, la verdad es que em he encontrado mirando desconsideradamente a una mujer en algunas ocasiones. Sí, he hecho un esfuerzo por trabajar de manera personal para deaprender estas conductas sexistas y en lugar de defender y promover maneras no sexistas de interactuar con "intereses de amor potencial." Pero no soy perfecto. Voy a equivocarme, pero tengo que seguir trabajando para eliminar esta conducta o no podré llamarme un aliado efectivo.
7. Deja de suponer que las mujeres en general te perciben como atractivo sólo porque te sonríen o entablan contacto visual contigo.
  • Esto te podrá sorprender, pero una sonrisa no siempre es señal de un interés o atracción potencial. A veces, sólo significa que la persona es amable y que quiere reconocer tu existencia como ser humano. (Espero le estés agarrando la onda al tono con el que dije esto último)
8. Sé consciente de cómo coqueteas con una mujer.
9. Si es tarde, camina del otro lado de la calle cuando una mujer camina hacia a ti.
  •  Me esfuerzo mucho para no significar un peligro o amenaza potencial para que las mujeres se sientan más cómodas. Algunas de las cosas que hago incluyen, asegurarme de que mis manos estén visible cuando paso a su lado, o de plano me cruzo la calle para que la mujer que camina hacia mí no se sienta amenazada por mi presencia. Hago lo que puedo como hombre consciente. También es importante reconcoer que soy latino. Tristemente, los hombres de color tienen más probabilida de ser percibidos como peligroso que un hombre caucásico. Comencé a hacer esto, porque sé que soy visto como más peligroso y amenazante.
  •  Como clase las mujeres han sido educadas para sentir miedo si salen de noche (Violaciones, secuestros, robos, acoso, etc.) Nuestra sociedad les ha dado muchas razones a alas mujeres y muchos mensajes para justificar la existencia de un "horario de violación." En otras palabras, las mujeres suelen acomodar su horario para minimizar cualquier peligro potencial. Esto se traduce en privarse de ir al gimnasio de noche dado el peligro que podría enfrentar al caminar de vuelta hacia su automobil. O... se puede volver muy alerta y puede decidir que necesita cargar consigo un arma como arma de fuego, paralizador, etc.
10. Si vas a ser caballeroso (cuando estás en una cita) o en tu vida diaria, hazlo para tod@s por cortesía, no sólo para las mujeres o para las personas que piensas no pueden hacer cosas por sí mismas.
  • Algunas personas dicen que la caballerosidad ha muerto. Otras piensan que definitivamente sigue existiendo y que se basa en el sexismo y el esencialismo. Personalmente, pienso que la caballerosidad es un concepto increíble cuando tod@s lo practicamos, para tod@s. Mientras que algunas mujeres pueden admirar a un hombre que les abre la puerta, que siempre paga la cuenta o que camina del lado de la calle cuando junto a ella... Creo firmemente que la caballerosidad debería aplicarse con tod@s por pura bondad hacia otr@s seres human@s.
11. Trata a las mujeres en tu lugar de trabajo con respeto genuino, especialmente si se trata de una profesión donde predominan los hombres.
  •  Históricamente, en el ambiente de trabajo han dominado los hombres. Llegó la hora de redefinir este espacio para darles a las mujeres el mismo respeto que esperaríamos recibir nosotros mismos.
12. Disfruta la cultura popular, pero con muchos granos de sal
  •  Todo lo que leemos, escuchamos y vemos en los medios tiene un efecto sobre nosotros. Como hombres que quieren ser aliados de las mujeres, es importantísmo que reconozcamos las implicaciones que tienen los mensajes culturales que recibimos día a día. Si no estás de acuerdo conmigo, eso querrá decir, sin lugar a dudas, que la publicidad y mensajes subliminales ya hicieron su efecto en ti.
13. Siéntete cómodo con sentirte cómodo
  •  Este punto es extremadamente importante Y vital. La única manera en que podrás aprender será exponiéndote, especialmente a situaciones que te hagan sentir incómodo. Por ejemplo, leo libros feministas, participo en diálogos acerca del patriarcado y busco espacios donde hay muchas mujeres para poder hablar de feminismo. Con frecuencia, estos libros y diálogos consisten en conversaciones difíciles acerca de los hombres y el patriarcado que PODRÍAN hacerme sentir atacado y señalado como un miembro de ese grupo y sistema que me beneficia. Quiero ser un aliado efectivo; por lo tanto, es mi responsabilidad social el quedarme pese a mi incomodidad.
14. Escucha.
  •  Las experiencias de vida y el conocimiento de las mujeres son el núcleo del feminismo y la alianza con las mujeres. Mientras que este movimiento requiere de personas de todos los géneros para tomar acciones colectivas, todo empezó con un grupo de mujeres que se reunían para protestar contra el sexismo. En lugar de meterte de un salto y tropezarte con mujeres mientras opinas y eres escuchado, toma un paso hacia atrás y escucha lo que se está diciendo. Hay tanto que podrías aprender. Como aliado, todavía estoy tratando de perfeccionar esta habilidad, pero hago un esfuerzo diario (incluso en las situaciones más pequeñas como conversaciones uno-a-uno con una mujer) para escuchar en lugar de hablar todo el tiempo.
15.  Monitorea las palabras que eliges.
  •  Deja de usar palabras, contar chistes o hacer comentarios que son ofensivos o que podrían interpretarse como un insulto. No puedes ser un aliado masculino y seguir llamando a las mujeres perras, zorras, putas o cualesquiera que sean las palabras que han llegado a tu mente. Debes cuidarte.
16. Nunca impongas tu opinión.
  • Aprende a tomar un paso hacia atrás. Deja ya de querer llevar todas las conversaciones. Incluso en un espacio feminista,  tú (como hombre) traes el privilegio masculino al aula. Es por esto que necesitas estar consciente de ese privilegio y entonces ofrecer tus opiniones sólo cuando sientas que es correcto. La colaboración y la comunicación requieren que todas las personas sean escuchadas y respetadas.
17. Sé consciente de tus palabras y la manera en que pueden afectar a otras personas.
  • Desde mi experiencia, este punto será una de las primeras pruebas con las que probaremos tu compromiso con este movimiento. No puedes predecir qué efecto tendrán tus palabras en alguien más, ya sea en una conversación uno-a-uno o en diálogos colectivos. Por esto, serás señalado. Debes estar listo para esto. ¿Recuerdas lo que dije acerca de sentirte cómodo cuando incómodo? A esto me refería.
18. Defiende el derecho a decir. 
  • Defender el derecho a decidir va de cajón. Lo digo, porque las mujeres siempre deben tener el derecho y control sobre SUS cuerpos. El hecho de que exista una legislación y diálogo en nuestro gobierno en torno a este tema me irrita completamente. ¿Por qué hay hombres (la mayoría de ellos en nuestro gobierno) tomando decisiones sobre el cuerpo de mujeres?
19. Llora cuando quieras, conoce y déjate sentir tus emociones.
  • A los hombres se nos enseña que nuestras emociones no deben ser mostradas, especialmente no en público. Esto es mal visto y se considera no masculino. Al diablo con eso. Atrévete a retar las expectativas tradicionales de la masculinidad y sé solidario con las mujeres y la comunidad LGBT para cambiar estas expectativas de género. Llorar, mostrar tus emociones y sé verdadero contigo mismo acerca de cómo te sientes a pesar de las expectativas culturales es crucial.
20. Siempre asegúrate de que cuentas con el consentimiento de tu pareja, siempre. 
  • Siempre pídele su consentimiento a tu pareja sexual. Nosotros (los hombres) no hemos sido educados para saber que el consentimiento es algo que se consulta, pero te prometo que si pides su consentimiento y que el ponerte en ese nivel de intimidad con tu pareja sexual te será una experiencia liberadora. Para algunas mujeres es extraño que lo preguntes, pero no dejes que eso te desanime de hacer lo correcto.
21. Visita y navega los sitios de FeministingColorlinesJezebel, etc. 
  • Visita estos sitios todos los días. Todos ellos tienen historias y noticias desde una perspectiva feminista y te ayudarán en tu viaje hacia convertirte en un mejor aliado. Lo que es genial de estos sitios es que siempre tienen enlaces hacia otros sitios geniales.
22. Toma un curso que aborde el género. 
  • Si estás en la preparatoria o universidad, piensa en la posibilidad de tomar un curso sobre género. Te prometo que esto cambiará tu perspectiva como hombre. Cambiará tu vida. El tomar mi primer curso de género me proporcionó un punto de entrada para empezar a hablar de género, patriarcado y opresión en los Estados Unidos. También me llevó más tarde a decidir especializarme en Estudios de Género. Confía en mí, toma un curso introductorio al menos. Si ya terminaste la universidad, busca talleres o clases en tu localidad. En línea encontrarás algunas opciones. Estoy seguro que encontrarás algunos cursos o webinars en línea.
23. Reconoce la existencia de las experiencias de vida de mujeres y personas que se identifican como parte de la comunidad LGBT 
  • Como aliado masculino, nunca debes asumir o hablar por las mujeres y la comunidad LGBT. Tu tarea es escuchar y reconocer lo que  estos grupos te están diciendo acerca de sus vudas. Ser un aliado para una comunidad conlleva la responsabilidad de ser un aliado para otras comunidades como la comunidad LGBT.
24. Apoya el matrimonio entre personas del mismo sexo. 
  • Mi hermana se identifica como lesbiana. Como su hermano, he tomado este punto como central en mi tarea para ser un aliado para las mujeres.
25. Para empezar, elige un libro feminista la próxima vez que visites una librería 
  • Un aspecto importante de ser aliado es la educación. Haz tu tarea y busca fuentes y recursos apropiados. Aquí hay algunos libros con los que te sugeriría comenzar!
26. Involúcrate en programas y eventos escolares. 
  • La alianza no se trata sólo de educarte a ti mismo. Se trata de tomar acciones. Busca centros para mujeres, centros multiculturales, organizaciones de la diversidad o cualquier programa / evento que defienda causas de justicia social
27. Apoya grupos y organizaciones profeministas y sin fines de lucro 
  • Suscríbete a las listas de correo electrónico, participa en foros, busca oportunidades para ofrecerte como voluntario. Existen muchas maneras de participar!

28. Escribe en una libreta tus reflexiones sobre tu comportamiento, ideas, pensamientos, etc. 

29. Reta al seximo cotidiano en tu vida 

  • Esto puede suceder de muchas maneras. Una modo en el que reto al sexismo cotidiano es al llamarles la atención a mis amigos cuando dicen algo sexista o misógino. Además, cuando estoy en el trabajo, me aseguro que TODAS las voces y opiniones son escuchadas.
30. No sólo hables el idioma. Practica lo que dices.  
  • Ser un aliado masculino no es un trabajo de 9 a 5. No puedes decidir cuándo sí y cuándo no ser un aliado. Si eres lo suficientemente valiente para atreverte a hacer esto, hazlo bien. Aplica el feminismo en tu vida diaria. Autoproclamarte un aliado o feminista es mucho más que una etiqueta... Es incluso más que un estilo de vida... Debes sumergirte en ello y dar tu mejor esfuerzo hasta el final.
31. Deja de decirle a ella que tú eres "diferente a los demás." No hables. Haz.  
  • Las acciones hablan más fuerte que las palabras. Sé realmente diferente.
32. Llámales la atención a tus amigos cuando cometan o comenten a la ligera conductas opresivas, bromas o comentarios. 
  • Este es un ejemplo perfecto del sexismo cotidiano. Para muchos de nosotros, este punto podría ser difícil. El lengua sexista está ya tan normalizado entre nosotros, pero debes hacer tu mejor esfuerzo para retar a tus amigos. Explícales por qué está mal lo que dicen o hacen y trata de ayudarles a ser más empáticos y a apoyar este movimiento para acabar con el sexismo.
33. Reta a otros hombres para que se unan. 
  • Esta iformación es inútil, si te la guardas. Motiva a otros hombres para que vean tu vida de una manera positiva. Es tu responsabilidad que también otros hombres vean su privilegio masculino y se preocupen por combatir al patriarcado. Si todos trabajamos de manera colectiva, hay tanto que podemos hacer por el bien de tod@s y del mundo.
34. Reflexiona sobre cómo fuiste educado de niño. 
  • La socialización temprana nos enseñó cómo ser los hombres que somos hoy. Nuestras experiencias, lecciones aprendidadas y los sermones sin fin de nuestrxs madres/padres nos han formado para ser las personas que somos hoy. Con tu consciencia feminista, examina de cerca tu niñez y reflexiona sobre cómo fuiste educado para ser el hombre que eres. Reta tu pasado y redefine tu masculinidad. Sé quien realmente quieres ser.
35. Fortalece tus relaciones con otros hombres. 
  • Atravesé un periodo en el que odiaba a los hombres, porque hay tan pocos que  abiertamente se atreven a creer y practicar ideales y alianza feminista. Después de reflexionar sobre esto, llegué a darme cuenta que esto es muy importante para mí y que asumo la responsabilidad de jugar un papel promoviendo el movimiento feminista. Como aliado masculino, debo hacer todo esfuerzo para ser amable y estar en contacto con nlas personas que entran en mi vida sin miedo a repercusiones. En muchas ocasiones, los hombres que tienen relaciones cercanas con otros hombres son vistos como homosexuales. Esto está muy mal, pero constituye un ejemplo perfecto de la institucionalización de la homofobia en nuestra sociedad.
36. Pide a tus jefes un permiso de paternidad, si eres papá. 
  • Reta el status quo. Participa en la crianza de tus hij@s. Involúcrate como papá. Ensea a tu hijo a amar y respetar a las mujeres. Tus hijos dependen de ti para que los orientes.
37. Apoya a músic@s y artistas que no degradan a las mujeres a través de su música y la letra de sus canciones. 
  • En un país donde muchos artistas famosos hacen dinero con música misógina o letras degradantes, debemos apoyar al número creciente de músic@s, artistas, raper@s, etc. que están haciendo muy buena música que promueve la justicia social, la igualdad y la equidad.
38. Ponte en situaciones que te permitan crecer mediante el activismo. 
  • Si tienes la oportunidad de aprender más mediante un trabajo en un grupo u organización activista, te sugiero que te des la oportunidad. El activismo es un modo hermoso, crudo en el que puedes poner en práctica tus creencias.
39. Redefine tu masculinidad de una manera pro-feminista. 
  • Comprender tu masculinidad es esencial para ser un aliado efectivo de las mujeres. Como hombres, se nos enseña a sostener ideales y conductas sexistas mediante expectativas de roles de género absurdos. Los hombres deben ser rudos, fuertes, sin emociones, heterosexuales, musculosos, etc. Bajo estas expectativas, muchos hombres son estigmatizados, condenados, acosados o despreciados por sólo salirse de estas conductas consideradas "normales" para los hombres. Los hombres no puede ser ellos realmente por miedo a ser estigmatizados. Tod@s padecemos a causa del patriarcado y estas expectativas locas. Nos vemos forzados a ser lo que no somos. Llegó el momento de redefinir la masculinidad y lo que significa ser hombre de una manera que no oprima o subordine a las mujeres, ni a ningún grupo de personas.
40. No busques reconocimiento u aprobación. 
  • Aunque algunos hombres son ridiculizados por preocuparse por los derechos de las mujeres y el feminismo, un hombre feminista también tiene cierto atractivo (o al menos eso es lo que he escuchado). No somo smuchos, por lo que podría parecer tentador dejar que esto se te suba. También pdoría ser tentador buscar validación y reconocimiento verbal de mujeres y otras personas que sabes se preocupan por estos temas. Pero ¿qué crees? Esta es tu responabilidad. ¿Por qué crees que deberías recibir reconocimiento, si las mujeres no lo reciben? Es por esto que realmente odio cuadno soy reconocido en conferencias por ser uno de los 2 o 3 hombres presentes. No quiero reconocimiento y tampoco tú deberías estarlo buscando. No te anuncies como un "hombre feminista" en busca de respeto. Seerás tomado como grosero, falso y completamente irrespetuoso. Haz el trabajo con humildad y modestia.
41. Reconoce que contribuyes a la opresión de las mujeres al NO actuar.
  • Cada día es una oportunidad para probar tu compromiso con este movimiento. Historicamente, los hombres han hecho muy poco para realmente apoyar a las mujeres en la lucha por derechos iguales y la equidad de género. Por lo tanto, si eliges ignorar estos temas, estás contribuyendo directamente para que siga perpetuándose esta cultura que somete a las mujeres. ¡Haz algo!
42. Apoya la dignificación del término "feminista" 
  • Aunque no soy fan de las etiquetas, sé que al llamarnos feministas, especialmente si somos hombres, estamos realizando una acción necesaria. El término "feminsita" ha sido completamente estigmatizado y estereotipado en los últimos años sobre todo. Es por esto que es importante que también los hombres apoyemos el reconocimiento de esta etiqueta como una declaración política y es así que me pongo de pie en solidaridad con nuestras hermanas feministas. Además de reconocerte como feminista, también debes actuar.
43. Blogs. Comunidades virtuales. Encuentra espacios donde puedas dialogar con otros hombres feministas. 
  • Busca recursos en línea y fuera del mundo virtual para poder dialogoar y rodearte de otros hombres feminsitas. El estar con otros aliados hombres es una experiencia muy empoderadora. Te llenarás de energía e inspiración y te sentirás en confianza, además de saberte acompañado. Sabrás que no estás solo. Mientras que el poder hablar con mujeres en espacios feministas es siempre una experiencia gratificante, también es importante que compartamos nuestros pensamientos y experiencias con otros hombres que pretenden ser aliados. Entre nosotros podemos exigirnos ser responsables y consistentes como aliados de las mujeres.
44. No quieras ser el héroe, salvador o caballero de la armadura de hierro. 
  • Tu alianza no trata de rescatar a nadie de sus orpresores, como si no pudieran hacerlo por sí mism@s. La aliazna se trata de que seamos solidarios y trabajemos juntos para combatir un problema socia como colectividad.
45. Participa en los eventos, marchas y protestas de mujeres.
  • No hay nada que se le pueda compara. Te va a encantar.
46. Fortalece tus relaciones con las mujeres en tu vida.
  • Como aliado, me siento motivado por las mujeres en mi vida. Valoro mi relación con cada una de ellas. Sin ellas, no estaría haciendo este trabajo. Creo que es muy importante para mí y para todos los hombres que aprendamos a valorar nuestras relaciones con las mujeres.
47. Trabaja con tu pareja sobre cómo compartir las responsabilidades y tareas de manera equitativa.
  • Manda a volar los roles de género... Trabaja por una relación igualitaria. Pide a tu pareja que te platique sobre cómo siente la relación y sobre cómo puedes hacer que sea una relación más igualitaria. Ya sea que se trate del trabajo doméstico o de sus finanzas, los hombres deben hacer un esfuerzo para demostrar que quieren empezar a cambiar las cosas, a mejorarlas por el bien de tod@s.
48. Los hombres no son los únicos que tienen orgasmos. ¡Recuérdalo!
  • No seas egoísta. Haz que ella sea tu prioridad. Si hablas con ella y la escuchas, estoy seguro de que mejorarás la relación sexual entre ustedes.
49. No juzgues a las mujeres por su vestimenta.
  • Las mujeres deberían de poder vestirse como quieran si que tú o la sociedad las juzque. Ya que estamos hablando de esto, también quiero señalar que la elección de ropa de una mujer nunca amerita que le hagas insinuaciones sexuales o la acoses. Entonces deja de pensar que una mujer es "fácil" sólo porque usa poca ropa o "mojigata" sólo porque usa mucha ropa.
50. No te pierdas las películas de Miss Representation y Tough Guise. 
  • Estas películas son mi único requisito para TI. No te las pierdas. Son brillantes y ofrecen un análisis contemporáneo de la masculinidad y la femineidad en la cultura popular.
51. Haz tiempo para llamar a tu mamá 
  • Todos tenemos una relación especial, particular con nuestra mamá (dondequiera que estén), independientemente de nuestra clase, orientación sexual, lugar de origen, religión, etc. Mi madre fue la primera mujer que conocí en mi vida. Ha sido mi más grande inspiración para trabajar en lo que hago como aliado. Por esto, hagoun esfuerzo para poder llamarle y más. 
52. Aprende acerca de tus raíces familiares y culturales. 
  • Si no sabes de dódne vienes, va a serte difícil ver hacia dónde vas. ¡Explora? la diversidad y la cultura son hermosas y el poer apreciar y respetar la cultura, te hará un mejor aliado. 
  • ¡La insterseccionalidad es vital para ser un aliado! Tu etnicidad es importante y te llevará por distintos caminos. Los aliados caucásicos tienen experiencias distintas que los aliados de color. ¡Comprender cómo se relacionan las identidades es de suma importancia!
53. Trata a todas las mujeres como tus iguales. El trato que les das nunca debe ser dictado por las categorías de "raza," clase o cualquier otro tipo de categoría de identidad nunca 
  • ¿Así o más claro?
54. Deténte en cuanto puedas, cuando caigas. 
  • Asume tu responsabilidad. Sé conciente de tus acciones, palabras y conuctas, y sé honesto contigo mismo cuando hagas o veas algo opresivo, sexistas, de plano, inaceptable.
55. Busca blogs y revists que informen sobre eventos y temas actuales, etnicidad, género, orientación sexual, religión, etc. 
56. Piensa en temas y en tu propia vida desde una perspectiva interseccional. 
  • Para ampliar el #52... Todos tenemos experiencias distintas como hombres. Tenemos circunstancias e historias de vida distintas; por lo tanto, debemos tomar en cuenta todas nuestras identidades cuando examinemos distintos temas. Por ejemplo, al ser un hombre latino heterosexual, definitivametne voy a tener una opinión diferente a la de un hombre homosexual caucásico con respecto al matrimonio entre personas del mismo sexo. En lugar de sólo ver los problemas como un hombre, es importante que consideremos toda nuestra carga personal. Esto nos dará la oportunidad de reocnocer todas las voces y circunstancias y así es como podremos entablar un diálogo real en torno a estos temas.
57. No te claves en el pasado, pero tampoco olvides dónde naciste y creciste. 
  • No podemos cambiar el pasado. En lugar de obsesionarnos con él, tenemos que aceptar lo que hemos hecho, que hemos lastimado a algunas perosnas y también aquello que no hemos hecho. Es importante estar conectados con quienes fuimos alguna vez. De esa manera, podrás ver tu progreso y seguir inspirado para continuar tu camino. Las personas que te conocen te verán evolucionar.
58. Apoya a las personas que promueven la igualdad entre los géneros. 
  • Hacer esto puede ser cansado y desmotivador, especialmetne cuando hay muy pocas personas que expresan abiertamente su compromiso con esta alianza mediante el activismo. Me es muy grato poder relacionarme con otros activistas que están haciendo lo mismo que yo. Es muy motivador, especialmente en un movimiento que requiere de colaboración y apoyo para alcanzar su ideal.
59. Respeta su cultura, las de "ella" y "ellas" 
  • Haz un esfuerzo para aprender acerca de la cultura de tu novia, pareja, esposa . Respeta las tradiciones de su cultura que ella quiere practicar y ámala completamente.
60. No supongas que ella tomará tu apellido, si deciden casarse. 
  • Existe una regla social por la que las mujeres toman el apellido de su esposo al casarse. Sin embargo, en la actuaidad más y más mujeres  deciden utilizar un guión para utilizar ambos nombres o de plano deciden quedarse con sus nombres de familia. La comunicación y el respeto son vitales para una buena relación donde reinan la paz y la felicidad. Te sugiero preguntarle acerca de esto en lugar de sólo dejar que ella saque el tema. Así le mostrarás que es importante para ti que ella se sienta cómoda.
61. Respeta la confidencialidad. 
  • Sé alguien en quien las mujeres y otros hombres  sienten que pueden confiar. Cuando se trata de esto, vas a recibir mucha información nuevo, a veces información muy sensible. Las personas pueden compartir contigo experiencias difíciles en relación con abuso sexual, violencia intradoméstica, relaciones de abuso, suicidio, desordenes alimenticios, addción, etc. Si alguien confía en ti, debes mantener esa confianza y ser alguien en quien ellas pueden confiar.
62. Ten la disposición para escuchar y reconoce cuando es mejor referir a las personas a otras fuentes. 
  • Ofrécete como una fuente para otras personas. Escucha, pero confía en tu instinto. Si alguna vez, la situación te rebasa, refiere a tu amiga a una la persona y lugar donde pueda recibir ayuda adecuada.
63. Desafía los estereotipos masculinos 
  • No seas como los demás. Buca maneras de expresasrte libremente sin consecuencias sociales negativas. Si te gusta algo que no sería considerado tradicionalmente "masculino," hazlo de todas maneras! Sé tu mismo y motiva a otros hombres para que sigan tu ejemplo. El estar en contacto con tu masculinidad es una experiencia muy liberadora.
64. Utiliza tu privilegio masculino para promover discusiones feministas en espacios donde normalmente (pre)dominan los hombres. 
  • La mayoría de los hombres no defienden los derechos de las mujeres abiertamente (hasta donde he podido ver). Como un hombre conciente, éste será uno de tus papeles más importantes en el movimiento. Desafortunadamente, tu voz tiende a tener más peso que la voz de una mujer en aquellos espacios y profesiones normalmente dominados por hombres. Por esto es que como un hombre conciente, es tu resposnabilidad ofrecer perspectivas, ideas y pensamientos acerca del feminismo, la iguaidad, una masculinidad "sana," y otros temas relacionados con este movimiento. Reta la estructura existente y haz lo que esté en ti para que tu espacio de trabajo sea un espacio más inclusivo. Lucha contra la convención social y niégate a ser como los demás. Defiende lo que crees es correcto. Vas a encontrar resistencia, pero esto es parte de la descripción del trabajo.
65. Reconoce que no definimos lo que significa ser un aliado. Las mujeres son quienes lo deciden. 
  • Debemos reconocer que el ser un aliado requiere que estemos en comunicación y colaboración constante con mujeres. No te conviertas en un vigilante feminista. Habla con las mujeres de tu vida. Pregúntales qué necesitan. Durante mi experiencia como aliado, siempre he distrutado las conversaciones con feministas acerca de los hombres y su papel en el movimiento feminista. He recibido interpretaciones diversas. Un modo en el que me veo haciendo una diferencia es al escribir este texto. He compilado esta lista para mi propio viaje, así como a partir de las palabras de otrxs feministas.
66. Nunca te rindas. 
  •  Conforme te acerques e involucres más en el feminismo, la relación de alizanza y justicia social, habrá momentos en que querrás rendirte o tomar un descanso. Confía en mí, el trabajo que estás y estarás haciendo ya significa una diferencia. Puede que tu esfuerzo no rinda resultados inmediatos o gratificación instantánea, pero te prometo que mejorará tu vida. Sigue adelante.
67. Lucha contra la cultura de la violencia en tu círculo social, lugar de trabajo y escuela. 
  • Vivimos en una sociedad que culpa a las víctimas y promueve la cultura de la violencia. En lugar de dirigrse a los agresores, por ejemplo, nuestra sociedad se enfoca en las víctimas, preguntándoles cosas como "¿Por qué habías salido tan tarde, qué ropa vestías, por qué no te fuiste antes de que la situación se tornara insegura, qué tan borracha estabas?" 
  • Como un hombre aliado, debes luchar contra la cultura de la violación. La mayoría de los hombres apoyan esta cultura sin darse cuenta, especialmente en el nivel de educación superior. Por lo tanto, queda en ti hacer un poco de conciencia en torno al abuso sexual y la cultura de la violencia. Colabora con otras personas para luchar por un cambio estructural y cultural. Lo más importante es que nunca culpes a las víctimas de una violación sexual. Apóyalas.
68. Reconoce que otros hombres también deben hacerse responsables y participar. 
  • Como hombres que pretendemos ser aliado, debemos hacernos responsables para poder ser mejores aliados. Las mujeres reconocerán tu responsabilidad. Si ves o escuchas algo sexista, di algo en protesta. Si un hombre ha sido cegado por su privilegio masculino, explícale lo que ves para que esté conciente de ello.
69. Sé un testigo activo. Si eres testigo de acoso, haz algo al respecto. 
  •  Nunca te quedes nada más viendo lo que está pasando frente a ti. Si ves algo que está mal, haz algo. Párate, haz ruido, llama a la policía...haz algo. Busca los signos de alerta o peligro, tendrás que intervenir, si ves una situación que empieza a escalar muy rápido. Hay distintas maneras de intervenir y te recomiendo que investigues por tu cuenta sobre esto. Tú podrías marcar la diferencia entre la vida y la muerte de alguien. Sí, puede ser así de extremo el resultado, a veces.
 70. Aprende y utliliza el vocabulario apropiado. 
  • Regresa al #25 y busca esos libros. Familiarízate con ellos. Aquí hay algunas palabras que debes saber usar: feminismo, patriarcado, opresión, privilegio, resistencia, interseccionalidad, masculinidad, feminidadad, diferencias entre sexo  género, espectro de género, sexismo (y otros -ismos), techo de cristal, etc. Para empezar, pero créeme hay más.
71. Promueve políticas, reglas y procedimientos más incluyentes en tu trabajo o escuela. 
  • Esto va más allá de sólo educarte. Haz que tu ambiente sea más incluyente. Utiliza tu privilegio masculino para promover estos cambios en la estructura y protocolo de tu escuela/universidad o lugar de trabajo. 
72. Habla como si siempre estuviera escuchando una mujer. 
  • Sé siempre conciente de tus palabras y acciones.
73. Sé consicente de tu privilegio heterosexual. 
74. Celebra tus logros y victorias con mujeres y otras comunidades, como la comunidad LGBT. 
  • Sé solidario y celebra las victorias y logros. Eres un aliado. Por lo tanto, debes mostrar tu compromiso involucrándote. Muchas personas (incluyéndote a ti mismo) habrán peleado batallas difíciles. Vive un poco y usa estos momentos para darle continuidad al trabajo! Por ejemplo, fuie a la calle CAstro después de que se anunciara la aprobación de la ley que respeta (permite) el matrimonio entre personas del mismo sexo. Me inspiró tanta alegría y energía. Me sentí muy orgulloso de ser un aliado al estar en este espacio.
75. Siéntete orgulloso de ser un aliado. 
  • Estás y estarás haciendo un trabajo increíble y deberías de sentirte orgulloso de esto.

76. Busca libros infantiles para tus niñ@s que desafíen los roles de género tradicionales 

77. Riéte de ti mismo.



78. Cuestiona tus privilegios.  
  • Al contrario de lo que te dice la sociedad, las mujeres no nos deben nada. Ellas no nos deben abrazos, besos, sonrisas, reconocimiento, ni siqueira sexo. Nada. Nunca tenemos el derecho de intentar dominar el cuerpo o espacio personal de una mujer.
79. Reconoce que este movimiento es mucho más grande que tu persona.
  • Este movimiento no se trata de ti. Trata de no tomarte nada personal. Trabaja pese a la incomodidad y usa eso para promover la causa.
80. Haz tu espacio más feminista. 
  • Pósters, baneras y propaganda feminsta! Haz que tu espacio sea uno incluyente,  un espacio decorado de tl manera que te recuerde en lo que crees.
81. Abre una cuenta en Twitter. 
  • He logrado mucho al "seguir" otr@s feministas y aliados en Twitter! Te sugiero abrir una cuenta y usarla para mantenerte al tanto de blogs, activistas y eventos feministas.
82. Familiarízate con este libro. Cuando lo hayas hecho, me lo agradecerás.

83. Podría estar demás decir esto, pero no pierdas de vista otros problemas y temas sociales! La opresión de distintos tipos tiene un mismo origen.  
  • No sólo veas los derechos de las mujeres y el feminismo... Amplía tu perspectiva y explora temas tales como migración, pobreza, militarización, políticas de alimentos, movimientos sociales internacionales, etc. Con el tiempo, te darás cuenta que todo está conectado.
84. Cocina con tu novia, pareja o esposa. 
  • Vamos, es divertido. Le demuestra que la amas. Hacerlo podría ayudarte más adelante.
85. Apoya y vota por los candidatos políticos que promueven mejorías para las condiciones de las mujeres y otros grupos de personas que son marginalizadas, como el grupo LGBT y personas con capacidades diferentes. 
  • Si no te ves a ti mismo metido directamente en la política, vota por lxs candidat@s que podrían tener el poder de promover cambios y mejorías para distintos grupos vulnerables.

86. Si hablas inglés, únete al sitio Feminist Network Project y mantente conectado con miles de feministas de distintas partes del mundo. 



87. Apoya a los medios feministas  
  • En el mar de los  elículas que podrían ser clasificados como feministas. Este género incipiente (pero que viene con fuerza) produce películas geniales, por lo que te recomiendo buscarlas. Apoya a realizador@s de cine, músic@s, artistas, etc. en los medios que desafían las normales sociales y ponen sobre la mesa el tema de la causa feminista.
88. No rechaces a los que se oponen a ser aliados de las mujeres. Puedes aprender mucho de ellos. 
  • Encontrarás a muchas personas que no van a estar de acuerdo contigo. Algunos de tus amigos podrían dejar de hablarte. Otros podrían sentirse confundidos, cuestionar tu sexualidad y empezar a verte de una manera completamente diferente. Acepta que esto es así. Es porque has decidido pararte y hacer algo mientras muchos quizás seguirán eligiendo  quedarse sentados. Eres un factor de cambio en tu comunidad. Busca oportunidades convenientes para hablar con estos "opositores" de frente. Rétalos e invítalos a platicar, ya sea en fAcebook, por teléfono o en persona. Te sorprenderá cuándo puedes aprender al simplemente escuchar distintas perespectivas.

89. No caigas creyendo que son serios esos sitios o causas que declaran que los hombres son oprimidos (por el feminismo)


  • Los hombres nunca son oprimidos por el patriarcado. Sitios como este se divierten haciendo parecer al feminismo como una amenaza para los hombres y la masculinidad. Cuando no lo es... Mientras que los derechos de los activistas masculinos tienen perspectivas diferentes, te recomiendo leer un poco de lo que dicen para que veas la diferencia. A veces, es bueno escuchar sandeces para practicar el identificar y descartarlas.
90. Viaja y visita lugares desconocidos. 
  • Interpreta esto como quieras. Puede significar visitar otro país o incluso partes que desconoces dentro de la ciudad donde vives. El objetivo es ampliar tus horizontes y estar más en contacto con el mundo en el que vives. Me encanta explorar y cada vez que descubro lugares nuevos en mi zona, me siento energetizado, motivado y orgulloso de luchar por defender lo que creo es bueno y más justo para tod@s.
91. Haz muchas preguntas, pero no demasiadas. 
  • Si tienes preguntas acerca de cómo volverte un aliado, pregúntales a las feministas que tengas cerca! Pero, trata de no volver a estas personas tu única fuente de información. Investiga y edúcate primero.
92. Comienza tu propio blog o escribe entradas sobre tu experiencia personal. 
  • Necesitamos a más aliados hombres activos en línea. A tod@s nos da mucho gusto conocer distintas perspectivas y conectarnos con otr@s feministas interesad@s en dialogar. Si creas un blog para tratar el tema, por favor, envíame el enlace! ( 
    michaelaurbina@gmail.com)
93. Compra tus libros en librerías locales e independientes.
  • He encontrado que tengo más suerte en librerias independientes que en librerías grandes. Tu selección será mucho más amplia, si buscas distintas librerías.
94. ¡Ponte la camiseta!  (Si no te hace sentirte incómodo.)
  • Usa camisetas, muñequeras o incluso calcomanías en tu auto. ¡Haz ruido! Hay muchas maneras de hacerlo. Como hombre, puedes llamar más atención y posiblemente influirás en otros hombres si portas o tienes algo a la vista que permita a los demás saber que estás a favor de la equidad y los derechos igualitarios entre mujeres y hombres.  

 95. Busca buenos ejemplos de hombres feministas y sácales jugo a sus ideas y reflexiones. 
  • Puede ser un autor favorito/blogero o activista. Ponte en contacto con esta persona y hazle pregutnas. Yo he tenido mucha suerte en Twitter y usando direcciones electrónicas para ponerme en contacto con algunos. Toma sus consejos y busca oportunidades para colaborar con ellos. No se trata de que reinventas la rueda. ¡Aprende de ellos! :D
96. Respeta los espacios que tienen las mujeres para dialogar.
  • Aunque los aliados son importantes y vitales para alcanzar los ideales del movimiento feminista, es importante que respetes los espacios que tienen las mujere para platicar y dialogar entre ellas. Aprende a hacerte a un lado en algunas ocasiones.
97. Las apariencias no deberían tener importancia. Promueve un autoestima y autoimagen sanos y justas para las mujeres. 
  • Los medios de comunicación "mainstream" nos bombardean constantemente con mensajes y anuncios que nos hacen sentir insatisfech@s e infelices con nuestra apariencia. Siéntete orgulloso de tu propio cuerpo y respeta el cuerpo de lxs otr@s.
98. Cuando puedas, en los supermercados y puestos de revistas, voltea las revistas que promueven el sexismo y una auto-imagen corporal no sana.  
  • Un amigo me recomendó esto. Cuando salgas de compras, simplemente voltea la revista que promueve el seximo y mensajes negativos sobre el cuerpo de hombres y mujeres. Las personas se preguntarán qué es lo que estás haciendo. Es una manera muy creativa de llamar la atención e invitar a las peresonas a platicar acerca del feminismo y los medios. ¿Tú sabes de qué revistas estoy hablando, verdad? Esas que se llaman revistas "femeninas,""para las mujeres" y "para caballeros." Algunas de las que volteo automáticamente son: Cosmopolitan y
99. Ten cuidado. No te desgastes.  
  • En ocasiones, te sentirás desmotivado, estresado y cansado. Quizás llegue un día en que te sientas cerca de querer abandonar el esfuerzo. Me ha pasado en un par de ocasiones, pero siempre redescubro y reafirmo mi pasión e interés al reflexionar sobre mis logros y victorias pasadas. Además, he encontrado que los medios y el sexismo tan obvio que veo en la vida diaria es suficiente para mantenerme motivado. He aceptado que estoy en lo correcto y que este esfuerzo por ser un aliado para las mujeres es mi responsabilidad social.
100. Desarrolla tus propias maneras de cuidarte a ti mismo. 
  • Para reducir el riesgo de que te sientas demasiado desanimado o desgastado, busca, por ejemplo, el espacio y tiempo para hacer deportes, bailar, pasar tiempo con tus amig@s y familia, etc. Las posibilidades son infinitas, pero la idea es que hagas cosas que te motiven a pesar de saber que existimos tod@s en un mundo injusto para la mayoría.
101. Por favor, añade y edita esta lista. 
  • Hice esta lista desde mis propias experiencias y con las sugerencias de muchos amigos que también se identifican como feninistas. Debido a mi privilegio masculino, estoy 100% seguro que me falta mucho. Si hay algo que te gustaría discutir o añadir a la lista, por faovr, siéntete en confianza para escribirme un correo (michaelaurbina@gmail.com). ¡Me encantaría saber lo que piensas! ¡Gracias!

Enseñar alegrando: El cine en las Misiones Pedagógicas

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Fotografía de niños en las proyecciones de cine de las Misiones Pedagógicas “Además de proyectar películas en pueblos y aldeas, ante un público sencillo, necesitado de conocimientos, captaban con sus cámaras a esas gentes, en sus paisajes, en sus medios ambientales. Documentales por su veracidad, surgida de una muy perspicaz observación”

En Cultura en Acción



José Val del Omar es director de cine de vanguardia y va siguiendo las Misiones, rodando películas de estampas, de paisajes, de procesiones, de fiestas profanas, componiendo aguaespejos de imágenes táctiles. Cuando le han preguntado a Val del Omar cuál es su vínculo con el cinematografo, ha respondido que él es un creyente del cinema. [...] De José Val del Omar se dice que es un surrealista porque hace un cine que sólo se debe a la imagen, pero si se le da ocasión de replicar el director se defiende: Yo no soy un surrealista, soy un místico.
En Todo lo que se llevó el diablo, de Javier Pérez Andújar
“Somos una escuela ambulante que quiere ir de pueblo en pueblo. A los más pobres, a los más escondidos, a los más abandonados”. Así empieza Estampas, un corto documental de Val del Omar, uno de los colaboradores más activos de las Misiones Pedagógicas que llevaron la cultura a los pueblos de la España rural en la II República. Su entrega como operador, fotógrafo y proyeccionista en las Misiones se tradujo en las miles de imágenes -y unos 40 documentales desaparecidos- que se le atribuyen como autor, aunque las obras del Servicio de Cinematografía eran el resultado de un trabajo colectivo. “Aún recuerdo aquella afición que nos animaba a todos, tan desinteresada. Todos éramos amateurs. Nadie cobraba nada. Había un espíritu muy bello e idealista, y sentíamos un gran placer en una labor en la que creíamos firmemente”, recordaba el director de fotografía Cecilio Paniagua, colaborador de las Misiones.
Val del Omar, un humanista que representaba los valores de la Institución Libre de Enseñanza, retrató con respeto la vida y las costumbres de los lugareños que visitaban, una visión documental que se aleja de la visión descarnada de Buñuel sobre las Hurdes en Tierra sin Pan“Además de proyectar películas en pueblos y aldeas, ante un público sencillo, necesitado de conocimientos, captaban con sus cámaras a esas gentes, en sus paisajes, en sus medios ambientales. Documentales por su veracidad, surgida de una muy perspicaz observación”, según el historiador cinematográfico Luis Gómez Mesa.
Público infantil durante una proyección de cine en las Misiones Pedagógicas
Más que documentar las experiencias de los misioneros, el cine y la fotografía se empleaban como recurso para despertar la curiosidad de su público en la cultura audiovisual.  A través de sesiones compuestas por documentales informativos, cortos de animación y películas cómicas, la audiencia se iniciaba en la experiencia del cine  mientras los voluntarios explicaban el significado de las imágenes, una realidad desconocida para aquel público.  Y entonces el asombro, la fascinación: “El cine les divierte y les deslumbra, desata el chorro de los comentarios; todos hablan y todos imponen silencio a los demás.”, explicaba Luis Álvarez Santullano, secretario del Patronato de las Misiones.

“Todo el público es un gran niño enamorado de lo extraordinario, y lo extraordinario está en las entrañas de lo cotidiano”, decía Val del Omar años más tarde. Una frase aplicable al público que se entregaba al visionado de aquellas imágenes. Entretener, alegrar y divertir  era lo que se proponían las Misiones Pedagógicas. Querían estimular las ganas de aprender de las gentes, no imponer unos conocimientos. Adoctrinar quedaba para las misiones religiosas. Educación por la emoción y el instinto, afirmaba Val del Omar. Enseñar deleitando, jamás entristeciendo. Y las palabras de Manuel Bartolomé Cossío, fundador de las Misiones Pedagógicas, como inspiración de aquel espíritu: “Somos una pequeña escuela ambulante que quiere ir de pueblo en pueblo… para alegraros y divertiros”.
Además de ver películas también leían textos, interpretaban canciones, recitaban versos, representaban teatro, etc. Con herramientas como los libros, el fonógrafo, el cine y el arte, las Misiones Pedagógicas se proponían transformar el país a través de la educación. Era un modelo de educación innovadora en una España donde el analfabetismo predominaba en zonas rurales con unas condiciones de vida muy duras.
El proyecto “de difundir la cultura general y la educación ciudadana”, de romper con el aislamiento de los pueblos y, en definitiva, de modernizar el país, se topó con la incomprensión y el rechazo de la derecha católica española. Decía Cossío que “a España la salvación ha de venirle por la educación”, todo un fastidio para una derecha que recortó el presupuesto destinado a las Misiones cuando llegó al poder. Y ahora los herederos de aquellos que frustraron los fines de las Misiones Pedagógicos, siguen empeñados en condenarnos al imponer su voluntad de acabar con una educación pública y de calidad.
Fotografía de las Misiones Pedagógicas que llevaron la cultura a los pueblos de España durante la II República

Estampas, corto de 13 minutos de José Val del Omar filmado en 1932, es el único documental que se conserva de los más de 40 que se registraron durante las Misiones Pedagógicas y que desaparecieron durante la Guerra Civil. El documental relata el viaje de los voluntarios a los rincones más abandonados del país: “A estos pueblos, a estas gentes, se dirige la Misión. Lleva proyectores, gramófonos, libros. Su camioneta corre campo a traviesa y cruza ríos”, se lee en uno de los carteles de Estampas.

Participación y Pobreza (contextos)

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“La ideología fatalista, inmovilizadora, que anima el discurso liberal anda suelta en el mundo. Con aires de posmodemidad, insiste en convencemos de que nada podemos hacer contra la realidad social que, de histórica y cultural, pasa a ser o a tornarse “casi natural”
Paulo Freire
Un texto de Fernando de la Riva (Este texto forma parte de la publicación “Participación para la Inclusión y la Transformación Social”, publicado por EAPN-ES en 2014)

A pesar de que siga habiendo quienes quieren convencernos de que siempre ha habido ricos y pobres y siempre los habrá, la pobreza y la exclusión social no son una maldición divina ni una catástrofe natural, ni una desgracia personal o particular, son el resultado del conjunto de factores sociales, económicos, culturales, educativos… políticos al fin, que conforman el mundo y el sistema del que formamos parte.
Una vez más, a la hora de abordar la reflexión sobre la pobreza y la participación, es necesario que empecemos por preguntarnos por el contexto social e histórico de nuestra reflexión, que miremos atentamente, con ojos nuevos, a la realidad del tiempo y el mundo en que vivimos.
Una era de cambios vertiginosos
El cambio es parte sustantiva de la realidad. El mundo cambia permanentemente, esa es su naturaleza. Hasta hace poco más de un siglo, los cambios sociales tardaban mucho tiempo en producirse y extenderse a todo el planeta. El proceso se aceleró con la Revolución Industrial (la máquina de vapor), la Revolución de las Comunicaciones (el telégrafo, el teléfono…) y la Revolución del Transporte (el avión, el automóvil…).
Pero los cambios se dispararon de revoluciones –valga la redundancia- con la Revolución Tecnológica, y en particular con la aparición de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (las TIC), hace escasamente 40 años. Los cambios que antes requerían cuatro o cinco décadas, ahora se producen a velocidad de vértigo.
El impacto de la Revolución de las TIC, la incidencia de los cambios que éstas producen es total: afecta a todos los planos de la vida personal y colectiva (sociales, culturales, económicos, educacionales, relacionales…) y alcanza –en mayor o menor medida, según los diferentes continentes y países- a todo el planeta.
Como señala Manuel Cruz (2012),  “los avances en este campo se suceden a tal velocidad que las fantasías de hasta hace bien poco son ya hoy objeto de investigación con el objetivo de hacerlas materiales mañana, con el resultado de que termina por resultarnos indistinguible lo que pertenece a la esfera de lo real y lo que es más bien cosa de ciencia-ficción. Por decirlo de una forma más rotunda, se nos ha difuminado la línea que separaba el presente del futuro”.
Por ello, las dificultades para adaptarse a los continuos cambios son crecientes y  los desajustes –personales y colectivos- se convierten fácilmente en un nuevo factor de exclusión social.
Un mundo global e interdependiente
Como resultado de esos cambios, el mundo se ha convertido en la “aldea global” que  vaticinara MacLuhan (1962), cuando pronosticaba la interconexión de toda la humanidad como consecuencia de la eclosión de los medios electrónicos de comunicación.
La revolución de las comunicaciones ha hecho que desaparezcan las fronteras económicas, de manera que las transacciones económicas se realizan instantáneamente a través del ciberespacio, y, al mismo tiempo, ha hecho que tomemos clara conciencia de la interdependencia planetaria.
Es imposible vivir al margen de lo que ocurre en cualquier otra parte del mundo, aislarse de las necesidades y problemas del resto del planeta. Ese principio funciona en relación a la economía, pero también en cuanto al medioambiente, a las migraciones,  la cultura, etc. Lo global influye en lo local, lo local influye en lo global.
Hoy sabemos que la lucha contra la pobreza y la exclusión social para tener éxito ha de ser, necesariamente, “glocal”: global y local al mismo tiempo.
La Sociedad de la Crisis
Pero nuestra realidad presente viene marcada por la ubicuidad de la crisis económica y financiera, que parece determinar todas las decisiones políticas y económicas, condicionar absolutamente el presente y el futuro.
La crisis, o deberíamos decir mejor “las crisis”, son cíclicas, se repiten cada cierto tiempo y no tienen solo un rostro económico sino que también, como veremos más adelante, afectan al medioambiente, a las migraciones, al hambre, a la energía, al agua, a los valores, a la cultura…
La crisis no es coyuntural, pasajera, ha venido para quedarse, es estructural, forma parte de la naturaleza de un sistema que las necesita para reajustarse.
En su expresión actual, la crisis económica y financiera adopta formas que traen como consecuencias el crecimiento del desempleo, los recortes y el desmantelamiento del Estado de Bienestar, la pérdida de derechos sociales y políticos para amplios sectores de población. Asistimos a la precarización del empleo y al empobrecimiento de la clase media, lo que viene a agravar aún más la situación de las personas y los grupos sociales “tradicionalmente” excluidos.
Crecen las desigualdades
En el año 2000, 189 países miembros de la ONU se propusieron el reto de alcanzar –en 2015- un conjunto de objetivos para el desarrollo humano, los “Objetivos del Milenio”, entre los cuales se encontraba reducir a la mitad la pobreza extrema y el hambre en el mundo.
Diez años más tarde, la Unión Europea, se proponía la llamada “Estrategia 2020”, en el marco de la cual se pretendía “reducir en un 25% el número de europeos que viven por debajo de los umbrales nacionales de pobreza, rescatando así a más de 20 millones de personas de la pobreza”.
Pero, a fecha de hoy, estamos lejos de alcanzar los Objetivos del Milenio o aproximarnos a las metas de la Estrategia 2020. Por el contrario, las desigualdades aumentan, y  hoy –en medio de la crisis económica- los ricos son más ricos y los pobres son más pobres.
Estamos pasando de la que Peter Glotz (1985) llamó la “sociedad de los tres tercios” (un tercio de ricos, un tercio de clases medias y otro de pobres) a la “sociedad dual”, en la que crece el número de pobres y la riqueza se concentra cada vez en menos manos.
En España, en particular, la diferencia de ingresos viene creciendo por quinto año consecutivo y es –según los datos del Eurostat- el país de la Eurozona donde las desigualdades sociales son mayores. En un informe titulado “Adios a las clases medias” (2012) el Sindicato de Técnicos del Ministerio de Hacienda afirma que la crisis ha empujado a la precariedad en nuestro país a dos millones de personas más.
La paradoja es que, de acuerdo con los recursos existentes, hoy sería perfectamente posible terminar con el hambre en el mundo. Pero, como ha denunciado tantas veces la pensadora Susan George (2004), “al ritmo al que vamos, siempre según el PNUD, harían falta 130 años” para conseguirlo.  Y eso, sin contar con que la crisis económica ha servido de pretexto para reducir drásticamente los fondos destinados por los países ricos a la cooperación al desarrollo de los países empobrecidos.
El cambio climático “invisible”
La omnipresencia de la crisis económica en los medios de comunicación y en las preocupaciones inducidas de la opinión pública parece hacernos olvidar la existencia del calentamiento global que, hasta hace poco tiempo, se nos presentaba como la principal amenaza planetaria.
Las autoridades científicas mundiales nos alertaban, hasta 2008, de la necesidad de adoptar medidas de alcance mundial en un plazo no mayor de 15 años, para minimizar los efectos del cambio climático que, de otra forma, se traduciría –entre otras consecuencias- en desertización de amplias zonas y desaparición de litorales, guerras por el agua, incremento de las migraciones masivas, mayor pobreza… Pero la crisis económica ha relegado el tema a un segundo plano, invisibilizando el problema.
Por otra parte, el mundo parece también inmerso en una crisis energética ante el relativamente próximo agotamiento de las reservas de combustibles fósiles y el incremento de las demandas energéticas en los países emergentes. Algunas de las alternativas puestas en marcha, como el cultivo de amplias zonas geográficas para la producción de biocombustibles, paradójicamente han venido a contribuir al encarecimiento de productos agrícolas y al agravamiento de la crisis alimentaria y las hambrunas en distintas partes del planeta.
También la situación del clima y de las reservas energéticas tiene una incidencia clara en la pobreza y la exclusión social.
La crisis migratoria de ida y vuelta
En los últimos años estamos asistiendo a la generalización e instensificación de los flujos migratorios, que son los más grandes de la historia. Es un fenómeno mundial, que trasciende las fronteras nacionales y los límites continentales.
Como apunta Hilario Sáez (2012), “los flujos migratorios se rigen por dinámicas globales en las que influyen desde la situación de los conflictos nacionales en los países de origen, las que conforman las fronteras entre regiones ricas y pobres o los cambios de circunstancias entre diferentes minorías en los países de destino.  Lo mismo puede decirse del tráfico de drogas o la trata de personas”.
El impacto social, cultural, económico… de esos procesos migratorios es imprevisible, aunque algunos de sus efectos puedan ya vislumbrarse. Y ello no porque las migraciones sean en si mismas algo negativo, por el contrario, se consideran necesarias para el mantenimiento de los niveles de bienestar de las sociedades ricas, pero la ausencia de estrategias y políticas adecuadas de integración han contribuido al incremento de la explotación, el tráfico de personas, la exclusión y las bolsas de pobreza, la xenofobia y el racismo…
Una nueva paradoja es que, en plena crisis económica, a pesar del endurecimiento de las perspectivas, del incremento del rechazo social, de los riesgos del viaje… los países ricos siguen atrayendo a los más pobres y a las gentes de los países empobrecidos que huyen del hambre, de la miseria, de la violencia, y continúan abordando las frágiles pateras o asaltando los muros y vallas fronterizas.
Aunque, al mismo tiempo, para reforzar la paradoja, también se percibe un cierto cambio de tendencia en los flujos, pues la crisis esta generando un movimiento de vuelta a los países de origen de muchas personas migrantes y la salida de muchas personas autóctonas, en su mayoría jóvenes, hacia países más desarrollados o en vías de desarrollo buscando una posibilidad laboral en el actual contexto de desempleo en España.
Indignación social y desafección a la democracia
El empobrecimiento de las capas medias, la pérdida de derechos, la corrupción política, etc., generan indignación en sectores cada vez más amplios de población que se expresa en un crecimiento de la contestación social.
Se multiplica la crítica a los gobiernos, se generaliza el desprestigio indiscriminado de los políticos, crece la abstención electoral y aumenta  la desafección a la democracia, que deja de percibirse como una solución a los problemas y las necesidades de la sociedad, para verse como un problema añadido.
Contribuye a esta percepción el incumplimiento de programas electorales y la sospecha de que las necesidades y las opiniones de la mayoría ciudadana tienen una escasa incidencia en las decisiones de los gobiernos que, por otra parte, cada vez tienen menos capacidad real de decisión en cuestiones fundamentales como la economía.
Y todo ello refuerza la frustración social y alienta la emergencia de alternativas antidemocráticas. El crecimiento, en la gran mayoría de los países europeos de las opciones de ultraderecha, filofascistas o neonazis, nos trae el amargo recuerdo de otras épocas.
Pero, además, no todo el malestar social se expresa de forma abierta. En la medida en que no encuentra cauces de manifestación racional y pública, se generan fenómenos sociales como el aumento de las enfermedades mentales, de los suicidios, el maltrato familiar, la criminalidad o los altercados públicos que amenazan una vida comunitaria ya precaria (H. Sáez 2012).
La sociedad del miedo o la Era del Miedoceno
El resultado de la suma de estos rasgos y factores que venimos destacando es un aumento de la incertidumbre, del miedo a lo que nos pueda deparar el futuro. Eduardo Galeano (1998) lo expresa así en su texto “Miedo Global”:
“Los que trabajan tienen miedo de perder el trabajo.

Los que no trabajan tienen miedo de no encontrar nunca trabajo.
Quien no tiene miedo al hambre, tiene miedo a la comida.
Los automovilistas tienen miedo de caminar y los peatones tienen miedo de ser atropellados.
La democracia tiene miedo de recordar y el lenguaje tiene miedo de decir.
Los civiles tienen miedo a los militares, los militares tienen miedo a la falta de armas.
Las armas tienen miedo a la falta de guerras.
Es el tiempo del miedo.
Miedo de la mujer a la violencia del hombre y miedo del hombre a la mujer sin miedo.
Miedo a los ladrones, miedo a la policía, miedo a las puertas sin cerraduras, al tiempo sin relojes, al niño sin televisión.
Miedo a la noche sin pastillas para dormir y miedo al día sin pastillas para despertar.
Miedo a la multitud, miedo a la soledad.
Miedo a lo que fue y a lo que puede ser.
Miedo a morir, miedo a vivir…”

Antonio Fraguas, Forges, lo recoge así en sus viñetas:
Forges. EL PAIS. 11 noviembre 2012
Ese miedo, como ha apuntado Naomi Klein (2007), sirve a la “doctrina del shock” facilita la sumisión social y la adopción de reformas impopulares a quienes pretenden recortar derechos y libertades en beneficio de una minoría privilegiada que acumula el poder y la riqueza en el mundo.
¿Una era de cambio o un cambio de era?
Como ha señalado, entre otros, Joan Subirats (2009), este escenario que venimos dibujando hace pensar más en un “cambio de era” que en una era de cambios.
Los problemas y desafíos que enfrenta la humanidad son -muchos de ellos- inéditos y de dimensión global y, al mismo tiempo, las viejas soluciones se muestran insuficientes, incapaces para darles respuesta.
¿Estamos ante un “cambio civilizatorio”, como también ha sido llamado, de un cambio sustancial de los modos de vida, de producción y consumo, de organización social, política, económica…?
En todo caso, lo que si podemos afirmar, sin temor a equivocarnos, es que el mundo resultante de los cambios que necesariamente habrán de producirse será profundamente distinto del que conocemos.
Luces en mitad de las sombras
No todo son sombras en la mirada a la realidad. Sin duda existen fuerzas y factores positivos y, en medio de la oscuridad que parece cubrir el horizonte, están emergiendo ya las alternativas y las nuevas respuestas sociales a las necesidades y problemas, aunque a veces nos resulte difícil verlas, aunque todavía sean solo indicios de un nuevo tiempo que están por cristalizar.
Como señala Edgar Morin (2010), “de hecho, todo ha recomenzado, pero sin que nos hayamos dado cuenta. Estamos en los comienzos, modestos, invisibles, marginales, dispersos. Pues ya existe, en todos los continentes, una efervescencia creativa, una multitud de iniciativas locales en el sentido de la regeneración económica, social, política, cognitiva, educativa, étnica, o de la reforma de vida. Estas iniciativas no se conocen unas a otras; ninguna Administración las enumera, ningún partido se da por enterado. Pero son el vivero del futuro. Se trata de reconocerlas, de censarlas, de compararlas, de catalogarlas y de conjugarlas en una pluralidad de caminos reformadores”.
Del mismo modo, la crisis también puede ser una oportunidad para reinventar las estrategias de intervención social y las formas de organización de las entidades de iniciativa social, las organizaciones solidarias (OOSS), que luchan contra la pobreza y la exclusión social.
(Este texto forma parte de la publicación “Participación para la Inclusión y la Transformación Social”, publicado por EAPN-ES en 2014)

Querernos bien

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